Habilidades sociales, habilidades para la vida: factor R-elacional (I)

HV

Acabo de realizar un curso con un  experto Luis Turrión, en lo que ahora se llaman “habilidades sociales”, en lo que siempre hemos entendido como destrezas para  facilitar un estado de bienestar, primero con uno mismo, luego con los demás, y finalmente con el propio entorno.

Mientras lo escuchaba  en mi mente  se encendían diferentes pilotos rojos: que si la satisfacción en la autoestima, que si la falta de estas habilidades producía emociones negativas, que si las personas con estas carencias eran  propensas a depresiones,  estados de ansiedad, o desenvolverse más torpemente en Internet.  Pero la autopista que se abrió en mi mente se llama factor R-elacional.

Cuando  se habla todavía de TIC, los elementos informacionales y comunicativos ocupan una función muy secundaria, y casi siempre supeditados al discurso tecnológico-instrumentalista, que facilita una educación unidireccional, vertical y funcionalista. El factor R-elacional agrupa y contiene muchos aspectos de las habilidades sociales que permiten al individuo un estado de bienestar en y con los demás. Si las habilidades sociales proceden del ámbito de la  psicopedagogía, las  habilidades para la vida, surgen del ámbito de la salud. Y ambas contienen potentes y sugerentes conexiones que nos gustaría explicar en el próximo post, valga éste para situarnos.

La OMS (Organización Mundial de la Salud)  plantea un nuevo enfoque de la educación para la salud, en gran parte debido al documento “habilidades para la vida”. Existe una necesidad imperiosa de integrar en la educación aspectos no académicos que respondan no sólo a una dimensión cognitiva. Es decir , que también aprendan a ser, a convivir, a  hacer y a aprender (Informe Delors, UNESCO). Ya hemos tratado  el empowerment (apropiar, potenciar, fortalecer), y  hemos subrayado la dimensión comunitaria del trabajo. En efecto, no sólo  abarca a los  pacientes/estudiantes, toda la comunidad educativa  queda integrada. Las “habilidades para la vida! (HpV) funcionan cuando las políticas, los entornos saludables, los agentes sociales, sanitarios, culturales y educativos, mediáticos,  están articulados.

Para ilustrar estas conexiones quisiéramos exponer dos investigaciones que apoyan nuestro discurso. En mayo del 201o presenté mi tesis doctoral: La creación de un cortometraje, un proceso de mediación en la salud del adolescente. Esta investigación  se realizó en el marco  del programa Cine y Salud, implantado en Aragón desde el curso 2000. Algunas de las conclusiones de esta investigación han vuelto a repetirse con ligeras variables en la investigación  “El uso de las TIC y la Brecha Digital entre adultos y adolescentes. Encuentros y (Des) encuentros en la escuela y en el hogar”.

El  grupo de investigación CONINCOM al que pertenezco, presentamos en un reciente Simposio Internacional celebrado en Barcelona, algunas de las conclusiones de este estudio que recoge un estado de la cuestión de la literatura más relevante en el ámbito internacional durante los cinco últimos años. Con un exhaustivo trabajo de campo representativo (Zaragoza, Madrid, Barcelona, Sevilla y Santiago de Compostela)  se hicieron,  entrevistas exploratorias, entrevistas en profundidad y grupos de discusión, que presenta  una serie de observaciones, que en muchos casos desmienten, y desmontan tópicos muy extendidos en las familias, la escuela, la educación, las instituciones, los propios medios, y la sociedad. Se pueden consultar aquí algunos avances que ahora se están redactando.

 

Nos surgen diferentes preguntas:

¿Cuáles serían los tópicos relacionados con las TIC y los propios jóvenes y sus prácticas culturales digitales que estorban e impiden una relación conversacional con ellos?

¿ Lo que ocurre cuando un grupo de alumnos prepara una producción audiovisual facilita, incentiva, provoca acciones y reacciones sociales, emotivas, cognitivas?

Los educadores, ya mediadores, ¿podemos convertir la tecnología en un factor R-elacional desde el contexto de vivencias de nuestros alumnos y los nuestros propios?

¿Por qué en un estudio longitudinal , aunque no representativo, sí marcador de tendencias, que ocupa desde 2007-2012 se repiten algunas constantes que cuestionan nuestra percepción del ocio digital de los menores, y provocan una autocrítica de nuestro quehacer educativo?

Intentaremos contestar a estas preguntas y abrir otras en el siguiente post.

Imagen seleccionada:  Niños jugando. Por Rutlo  Licencia CC BY 2.0

José Antonio Gabelas
José Antonio Gabelas
José Antonio Gabelas-Barroso. Profesor titular de la Universidad de Zaragoza. Creador del Factor Relacional y las TRIC (Tecnologías de la Relación, Información y Comunicación).

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