Cuando converso con los padres y madres sobre Internet, sus calles y plazas; sus tiendas y escaparates; bares, escuelas y barrios, acudo con frecuencia a las imágenes y analogías, porque aclaran que lo que ocurre en el ciberespacio no es tan diferente a lo presencial. Y que si los papás acompañan desde pequeños a sus hijos al parque, del mismo modo tienen que acompañarles en sus primeros pasos por los laberintos del ciberespacio.
Este año realizamos con los alumnos de cuarto de periodismo de la universidad de Zaragoza una práctica de análisis sobre el caso de Amanda Todd. No es un caso aislado, pero tampoco es representativo de las múltiples y diversas prácticas que los adolescentes realizan en su ocio digital.
La construcción de la identidad digital es una responsabilidad de primer orden en el ciberespacio. Que al menos contiene los siguientes elementos.
1. Es una representación virtual que nos permite interactuar, proyectar una o varias personalidades, así como aprender y compartir información.
2. Mantiene una coherencia con la identidad presencial y física, pero permite otros escenarios y otras actividades.
3. Construye una memoria colectiva que tiene esa segunda y permanente vida en Internet.
4. Disponemos de tantas razones para practicar diferentes identidades en distintos contextos, como riesgos posibles. Y disponemos de lugares como Pantallas Amigas para asesorarnos.
De modo que el periodista digital asegura una responsable selección de sus fuentes informativas y facilita la comprensión del contenido aplicando su formación periodística y los recursos que dispone.
Incluyo las recientes prácticas realizadas por algunos grupos en la herramienta que utilizamos en clase de periodismo: Digicom, Colectivo virtual, Transmediáticos, Estamos Comunicad@s, Comunica-te.
Imagen: Identidad de Gonzopowers Licencia 2.0 Generic CC BY 2.0
