Facebook dispone de una ingente cantidad de datos de más de mil millones de usuarios. Cuenta con un control y posición casi absolutas para observar y estudiar todos sus movimientos y reacciones. Experimenta con este comportamientos con diferentes variables, contextos y situaciones. En los últimos años ha estado investigando otras tendencias del usuario como el voto, sus preferencias gastronómicas, aficiones culturales o donaciones de órganos. La empresa cuenta con un equipo científico y académico que planifica, analiza e interpreta los datos para obtener patrones de conducta.
El fundador y álter ego de Facebook Mar Zuckerberg se enfrenta por enésima vez a un viral contra la política de su plataforma. Tras las ocurrentes fotografías de la modelo Cara Delevigne poniendo a prueba “el filtro pureta” de los desnudos, y después de que la red social haya dado el brazo a torcer en relación a las imágenes de madres amamantando a sus hijos, esta vez Zuckerberg tiene que lidiar con una iniciativa que insta a los usuarios a prescindir de Facebook durante al menos 99 días.
99 Days of Freedom (99 Días de Libertad) nace como respuesta a un controvertido experimento de Facebook que ya está siendo investigado por las autoridades británicas encargadas de proteger la privacidad. La red social modificó el algoritmo de los muros de 700.000 usuarios con el objetivo de estudiar sus reacciones a mensajes positivos y negativos. La iniciativa es idea de un estudio holandés que se dedica a campañas de comunicación, publicidad y relaciones públicas. Es de suponer que han concebido 99 Days of Freedom como campaña de autopromoción, dado que, según la revista Time, no hay ánimo de lucro.
A las aspiraciones comerciales de Facebook -legítimas, como en cualquier otra empresa-, hay que sumar ahora las del control del comportamiento. No es novedad que Zuckerberg hace negocio con los datos personales e interacciones de los usuarios, ni que los Gobiernos, en especial el de Estados Unidos, encuentran su servicio más que interesante, pero es ahora cuando tenemos constancia de que cientos de miles de internautas con cuenta de Facebook están siendo tratados como cobayas. Gracias a una -suponemos- sencilla alteración del algoritmo, han expuesto a sus clientes a contenidos de diversa índole a fin de estudiar sus reacciones, alterando y falseando el reflejo virtual de las vidas reales de los círculos de contactos.
En esta línea agradecemos el comentario volcado en FB de Alex Segura “el colectivo Ippolita llama “default power” a la forma de poder según la cual la modificación del algoritmo modifica los parámetros del entorno digital. La mayoría de la gente asume por defecto los cambios de configuración que realiza FB cuando estima. Pero esto va más allá, el Big Data requiere un debate sobre sus aplicaciones”.
Anteriores estudios de Facebook demuestran que una composición de sus páginas y contenidos provocan efectos sociales masivos. Destacamos el estudio de 2012, el que se se mostró que la red social movió 340.000 votantes más, “De cómo Facebook llevó a los votantes hasta las urnas“.
Con la verdad ya destapada, esperamos con emoción la reacción del ágora: ¿resignación o rebeldía? De momento la mayoría se comporta como Rhys Ifans, el hombre-mono de Human Nature, sometido en su pequeña habitación de cristal a las pruebas del científico Tim Robbins. Sin embargo, esta semana hemos sabido que la mensajería de los teléfonos amenaza a las redes sociales. ¿Demasiadas vulneraciones a la privacidad, tal vez? Pero esto Facebook ya lo sabía: WhatsApp ya está bajo su control.
Enlaces de interés:
- Página oficial de la iniciativa
- Su repercusión en Time, The Huffington Post y USA Today.
Imagen cobaya by Xdreus
Alejandro Silva y José Antonio Gabelas