Después de esta parada vacacional, y de una necesaria desconexión, reiniciamos nuestra aventura de generar y compartir contenidos con todos vosotros. Ofrecemos unas reflexiones abiertas sobre consumo y entorno digital. Una nueva aportación a lo que venimos denominando en estos tres últimos años Factor Relacional.
Antes comprábamos y contábamos a los demás si el producto o servicio utilizado nos había satisfecho. Ahora hacemos lo mismo, pero en un entorno diferente, y en unas rutinas distintas. Desplazado el eje de gravedad del soporte físico (solidez), antes centrado en el medio (prensa, radio, cine, tv o internet), y en el producto o servicio a publicitar, ahora se centra en las relaciones contenido-distribución-consumidor-contenido-consumo, en lo que podemos denominar consumo relacional. El entorno digital ha cambiado el conjunto de relaciones que antes establecía el clásico esquema comunicativo emisor-mensaje-receptor.
Los cuatro elementos de la comunicación (emisor,receptor,canal,mensaje) siguen presentes, pero han cambiado las relaciones entre ellos. Se aprecia como el dispositivo conforma la identidad digital, como el servicio o producto es consumo viral, como el usuario se convierte en comunidad, con sus gustos y rechazos, fobias y filias. Así lo percibimos :
- como el dispositivo conforma la identidad digital,
- como el servicio es consumo viral,
- como el usuario es comunidad, con sus afinidades, filias y fobias.
O sea, del consumo como producto, de la información y comunicación como mensaje, al producto/servicio, información/comunicación, como relación.
Como está indicado en Mobile Communication 2012, 4 gigantes (Apple, Google, Facebook y Amazon) han entendido esto bien y apuestan por la ubicuidad y personalización, los acuerdos con las grandes productoras de contenidos (editores, discográficas, TV, videojuegos). Desplazamiento del “sólido-contenido” al flujo de estrategias, donde el almacenamiento de datos y su tráfico, la implantación de las apps y la vinculación del usuario dinamizan la naturaleza relacional, que no es propia de la tecnología, pero sí de las estrategias comunicativas y comerciales.
Tecnología móvil y relacional que facilita la combinación de contenidos y aplicaciones para nuestra vida diaria, desde encontrar una farmacia de guardia, hasta localizar un coche libre que nos lleve a un módico precio a nuestro destino. Herramientas que permitan gestionar, acceder, editar y difundir contenidos con una mayor grado de apropiación. Nos interesa lo que los ciudadanos hacen con los contenidos, no a la inversa.
Lo entendió muy bien IKEA “con la república independiente de tu casa”. Recordemos que inspirado en algunas iniciativas de Torrero, un barrio muy dinámico de la ciudad de Zaragoza, España. El contenido ya es el producto final de consumo, su punto de gravedad se desplaza a las interacciones entre los usuarios, el boca a boca tradicional, se convierte en boca-oído mediado por el entorno digital y amplificado por las redes sociales.Ya no es suficiente atrapar la atención del usuario, también hay que atrapar su interés. El usuario lo es si percibe un beneficio, si se implica. Aparece el “prosumidor”, los usuarios que combinan “consumir y producir”, mediante la participación en la creación de productos. La pregunta es:
¿Cómo escuchar y ver lo que los usuarios hacen con mis productos? ¿cómo monitorizar lo que ellos opinan de mí?
Imagen escaparate by Patrick McCarron