Youtuber no está en el diccionario de la RAE, pero existe en los escenarios digitales, en las redes y en YouTube. Muchos lo intentan, pocos triunfan, muy pocos viven de esto y muchos se quedan por el camino. Egobloggers, youtubers, instagramer son diferentes perfiles que hoy emergen en el lago virtual de Narciso. Estamos de enhorabuena, la conjugación del yo en las redes se ha democratizado.
No hay duda, ser youtuber está de moda.
En España, algunos de ellos superan en fama a las celebrities como es el caso del conocido “Rubius” con más de 15 millones en su lista de suscriptores.
El “sonríe, te están puntuando” que cuenta Black Mirror ha llegado. Una aplicación permite poner nota a los amigos que conoces. Refleja una sociedad obsesionada por estar en lo más alto del ranking. No solo ofrece prestigio, también descuentos para las compras o un alquiler.
Las redes sociales no han inventado nada, tampoco el ego del individuo, pero están diseñadas para potenciar el narcisismo humano, el no me gusta no es una opción. Laura Buffardi y Keith Campbell de la Universidad de Georgia, indican en su investigación que “los individuos más narcisistas y ególatras tienen más amigos y obtienen más likes en Facebook”.
La psicóloga Jean Twenge de la Universidad de San Diego en California, describe como Generación Yo a gran parte de la juventud actual, “con una gran autoestima y actitudes que se pueden considerar arrogantes, encantados de conocerse a sí mismos.”
En mayo del 2013 , la revista “Time” dedicó su portada y un extenso artículo en su interior a la llamada “Generación Yo-Yo”, correspondiente a las personas nacidas a partir de enero de 1982 hasta diciembre de 1999. La psicóloga Pat MacDonald, autora del trabajo “Narcisismo en el mundo moderno” señala cómo “las redes sociales son la búsqueda de la fama a cualquier precio.”
Y así llegamos a los youtubers que alimentan la creencia de que es posible ser rico y famoso sin esfuerzo. Muchos jóvenes aprenden en internet que el éxito no tiene que ver con el talento. Diversión y fiesta son la contraseña.
Vivimos una sociedad neurótica, muy condicionada por la presión social para obtener éxito rápido y fácil. Que los niños y niñas quieran ser tronistas no es una broma. Las redes sociales en general y estos perfiles en particular lo favorecen, pero el absentismo de los padres y madres en sus funciones como tutores, asignación de reglas y límites también lo potencian.
Papá, mamá quiero ser youtuber
¿Qué le respondería si un día su hijo de 10 años se lo dice al volver del cole?
Una infancia blanda, mimada y superprotegida no ayuda a buscar y explorar con trabajo y esfuerzo el sentido del éxito. No saben quiénes son, ni dónde van, porque los likes virtuales obsesionan sus horas, porque la tolerancia y complacencia diaria y doméstica acompañan sus acciones.
Pero el narcisismo no ha nacido en internet. La fama y el fan siempre estuvo. Los payasos de la tele y la cara de Arguiñano cuando nadie hacía programas de cocina marcaban audiencia. Hoy YouTube es el patio de recreo de las caídas y tropezones, de los chistes sin gracia y los gatitos, de selfies suicidas. Y también de interesantes booktubers, prácticos tutoriales, excelentes músicos, pintores, maquilladores y viajeros.
¿De dónde viene el éxito de esta nueva forma de comunicación?
YouTube con los años se ha convertido en una de las plataformas más importantes en Internet deesde que Jawed Karim, Chad Hurley y Steven Chen crearon el concepto en febrero de 2005.
Inicialmente YouTube iba a ser un sitio para citas, muy diferente a la mayoría de las redes sociales que utilizaban perfiles con fotos. Su idea fue compartir vídeos que tendrían que calificar con estrellas. contrario a la mayoría de redes sociales que usan perfiles con fotografías, en este caso pretendían usar vídeos los cuales serían calificados con estrellas.
Karin subió un video que dura tan solo 19 segundos. Aparece frente al recinto reservado a los elefantes del Zoo de San Diego. Explica como le llaman la atención la larga trompa de estos animales. Hoy tiene más de 37 millones de visitas, a pesar de que es una grabación improvisada.
El youtuber, instagramer o bloguero son ocupaciones que han nacido en la Red. No han sido planificadas como los expertos en innovación y tecnología, o los community mánager. Son “oficios” freelance que saben combinar su trabajo con el uso de las redes sociales. No existen, por ahora, carreras que los formen, pero necesitan una red de seguidores y publicar con regularidad.
Con un estilo informal, desenfadado, espontáneo. Saben mirar a cámara y hablar el lenguaje de sus seguidores. Las empresas se han dado cuenta que ponen “rostro” a la marca y que generan conversación. El contenido no es el rey, lo es su circulación, que depende en gran medida del número de conversaciones que generes y mantengas.
Los youtubers saben fidelizar a sus seguidores. No se trata solo de compartir un texto, con un lenguaje breve, claro y directo, y una fotos en un blog. Sus seguidores sienten que están muy cerca de estos famosos. Forman parte de su órbita privada. Comparten el día a día.
Recoge El espectador que J.L. Massa, del Club Media Network, evento que cuenta con una de las comunidades más grandes de youtubers, que son “inicialmente son iguales a sus fans, son gente común y corriente que habla de la misma forma como ellos lo hacen. Son muy creativos y proactivos, no se maquillan ni tienen un guion, sino que se muestran tal como son. Creo que ese es el fenómeno.”
José Antonio Gabelas
