Tecnología y educación en 7 paradojas

Las relaciones entre la educación y la tecnología  se mueven en un difícil equilibrio, son complejas y contradictorias, por eso hablamos de paradojas. Y por eso hablamos de TRIC  (Tecnologías de la Relación, Información y Comunicación), y no de TIC.

El Factor Relacional, en su doble dimensión, (habilidades sociales, colaborativas, procomunes) y sinápticas (cognitivas, en procesos de construcción desde la conexión y la asociación); y en su propia contradicción (riesgos y oportunidades), es un eje vertebrador de nuestro discurso y proyecto TRICLab

Hemos recogido este símil que retrata la velocidad y el vértigo del cambio en un contexto y entorno digital, donde la educación circula por una autopista en la que identificamos siete paradojas. Cada una con sus luces y sombras, y una alta gama de grises. Un territorio poblado de convulsos choques y complicidades entre la tecnología y la educación. Unas relaciones que precisan el norte comunicativo; que debiera medir la calidad de la educación en los entornos presenciales, semipresenciales y virtuales.

Cuando los tiempos cambian tan rápidos, y la capacidad de desaprender para aprender es más intensa, resulta difícil conseguir un cierto equilibrio entre el entorno permanentemente mutante y el propio interior, que lleva otros ritmos, otro “tempo” y otras necesidades.

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Ilustración by José Antonio Gabelas

1. Divinidad.

Eduardo Galeano agita nuestra conciencia cuando expresa que “jamás la tecnología de las comunicaciones estuvo tan perfeccionada; y sin embargo, nuestro mundo se parece cada día más a un reino de mudos. La propiedad de los medios masivos se concentra más y más en pocas manos; los medios dominantes están controlados por un  puñado de poderosos que tienen el poder para dirigirse al mayor número de ciudadanos a través del planeta. Nunca antes tantos hombres fueron mantenidos en la incomunicación por un  grupo pequeño”.

Como señalamos en  tecno-utopía, humanismo y educación  es necesario humanizar la tecnología. El escenario tecno-utópico ofrece un escaparate lleno de usos y gratificaciones, promesas y recompensas. La fascinación por la tecnología nubla la visión y dota de una particular miopía la responsabilidad de la educación.

¿Quién no ha experimentado la atracción con el nuevo smartphone, tableta, o dispositivo móvil? 

Los intereses de la industria, el vértigo de la gratificación inmediata, la firme convicción de que lo “nuevo es lo bueno”; el deseo de estar ahí, la ansiedad del “por si acaso”, el confundir “ser, con ser visto”, son algunos de los espejismos de esta tecno-utopía.

2. Es lenguaje, es comunicación.

Los maestros y educadores planifican sus clases, seleccionan los temas, distribuyen y organizan su docencia. Dedican mucho esfuerzo y mucho tiempo a los contenidos. Las evaluaciones y programaciones miden el alcance de estos contenidos y la calidad de la educación queda en gran medida reducida a la “calidad” de la información.

¿Qué ocurriría si en vez de medir y valorar estos indicadores, el control de la calidad se centrase en la comunicación?

¿Cómo sería una clase si la narración fuera más importante que los datos ¿Cuál es el lenguaje de la escuela y el de sus alumnos?

¿Cuál es el lenguaje de la tecnología?

¿Cómo afectan las nuevas tecnologías al lenguaje de los niños y jóvenes? ¿Cómo cuestionan estos cambios no solo los qué de la educación, sino fundamentalmente los cómo?

La evolución del lenguaje digital , cuestiona la comunicación, que fuerzan la experiencia narrativa, “como el tiempo real o la pantalla partida, por lo que le interesaba este nuevo lenguaje cinematográfico, que considera normal que haya surgido en cuanto estas tecnologías se han introducido en nuestras vidas”.

Por consiguiente, la materia prima de las películas es nuestra vida, si en ella todo gira en torno al móvil o al ordenador pues eso se mostrará en el cine, y se debiera incluir en los espacios educativos formales, informales y no formales. No se trata de prohibir o incluir los dispositivos móviles en los programas educativos, sino de convertir el tiempo y el espacio docente en interacción, donde se debaten, discutan los consumos que se producen en el ocio digital, donde se ofrezca la oportunidad de construir una narrativa de la vida para la vida.

3. No es instrumento, ni herramienta, ni medio. Es entorno.

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Gráfico by Marta Gabelas Muruzábal

Entendemos que las tecnologías como herramientas o instrumentos, y por tanto su uso, no valida ni justifica su empleo. Porque son bastante más (o bastante menos, según se observe) Entendemos que la tecnología no es efecto ni consecuencia, que tampoco es medio, es artefacto cultural , es entorno (digital) que forma parte de un circuito, que es cíclico y que produce y es producido por la cultura. Como señala el gráfico propuesto, y adaptado de los estudios de McQuail. 

El contexto social conduce a nuevas ideas, que implican nuevas tecnologías, que a su vez se aplican y suman a usos anteriores. Estas prácticas conducen a nuevas aplicaciones que son adaptadas y adoptadas por las diferentes instituciones, una más otras menos (económicas, políticas, sociales, educativas), que producen nuevas significados y nuevos cambios culturales que se abrirán a un nuevo contexto para volver a empezar.

El planteamiento de McQuail no es nuevo, ya lo dibujó McLuhan con el tono visionario que le caracterizaba, cuando subrayó los medios de comunicación como “extensiones del hombre”; es decir, prolongación de nuestros sentidos. También destacó que la experiencia con los medios de comunicación es sumativa, y que depende del conocimiento y los resultados que tengamos de los medios anteriores. Así ocurrió con la fotografía respecto a la pintura, el cine respecto a la fotografía, la tele, Internet.

Con la aparición del dispositivo móvil, no se anularon las funciones del teléfono fijo, como son llamar y recibir llamadas, pero sí se encontraron otras funciones  y se convirtió en un dispositivo polivarente, y casi imprescindible, que sorprendió su implantación a todos, también a las compañías que lo comercializaron. Estos dispositivos ahora han modificado nuestras costumbres,rutinas y retinas, nuestro aprendizaje, nuestro modo de pensar, sentir y convivir. Ya no se lee igual, ni se escribe igual que antes

 4. Sensorialidad. Lo presencial es real, lo virtual es simulacro

Allá por el siglo pasado, con la radio, el cine y la tele, McLuhan describió los medios como “prolongación de nuestros sentidos”. Hoy se han convertido en una segunda piel, y los sentidos han sido sustituidos por efectos visuales, sonoros y táctiles que simulan la percepción sensorial y que construyen un continuum simulacro.

Hemos realizado algunos talleres  para explorar estas presencias y ausencias. El “efecto de lo presencial” en la virtualidad es un territorio que se está explorando. Los escenarios de realidad aumentada y realidad virtual son algunos espacios en intenso crecimiento.

La supresión o la simulación de sensorialidad conducen a un análisis de tiempo que dedicamos a la virtualidad, y a una planificación de la dieta digital, ENLACE DIBUJO LIBRO que contemple los contenidos que se seleccionan y el tiempo que se destina al consumo e interacción con las pantallas.

5. La educación online = menos esfuerzo, menos tiempo

Hace dos décadas que en España empezó a desarrollarse la enseñanza online, ahora comprendida en el e-learning. Al inicio se creyó que poner en marcha un proyecto de formación online era más barato, más rápido y más fácil. Pero se observó que los docentes tienen que estar más preparados y que mantener la plataforma activa y útil los 365 días del año, supone una importante inversión. Una educación online, que evite el absentismo escolar y facilite el aprendizaje personalizado y colaborativo, requiere de profesores muy preparados, con competencias y aptitudes, y con tiempo para acompañar, orientar y realizar un seguimiento positivo y eficaz.

6. La educación online es fría y distante

En el año 2000, cuando comencé con mi primera experiencia de formación online en la UOC, recuerdo  en un café con los compañeros, que alguien comentó que la educación online no es más fría y distante que la presencial. El tiempo lo ha confirmado. Y en concreto cabe destacar la experiencia que hemos tenido como profesores del Máster de Redes Sociales y Aprendizaje Digital de la UNED, que a lo largo de tres años, ha sido un referente de educación online en España, fruto de ese Máster nació TRICLab.

Que en el contexto  del Máster de Redes Sociales y Aprendizajes de la UNED y del   Grupo de Investigación en Comunicación e Información Digital (GICID), reconocido por el Gobierno de Aragón y financiado por el Fondo Social Europeo, cuyo objetivo principal es abordar los tres ejes que protagonizan el proceso comunicativo (emisores, receptores y mensajes) en los entornos virtuales y digitales.

Desde el ámbito de la Comunicación, investigamos cómo afecta el cambio tecnológico a la construcción de mensajes, de qué modo repercute en las estructuras de los grupos de comunicación y, por supuesto, en qué medida los usuarios son o no competentes en su interacción con el medio, desde los planos cognitivo, actitudinal y axiológico.

7. Conocimiento

El control de los canales de distribución de lo contenidos, la privacidad vulnerable, el exceso de información, son algunos tóxicos de la llamada sociedad de la información y el conocimiento. Internet no es comunicación abierta y libre, porque mucha información está encriptada y reservada a los que la pueden y quieren pagar. Porque el mayor volumen de la información que circula lo hace en código cerrado, lo que permite el control y la vigilancia de las grandes compañías, e impide el relato  colectivo, y porque impone una cánones mercantilistas.

Ugarte, describe el “efecto red y los límites de la participación” en la  de oligarquías participativas, “producto inevitable y necesario de la conjunción de efectos de la lógica 2.0. El efecto red hace que cuantos más miembros tenga la red de usuarios, más valor tenga para un no miembro pertenecer a ella, y por otro lado menos aporte al valor de la red si se suma a ella”

La participación horizontal, abierta y creativa es otro camelo asociado a la red, que está protagonizada y arbitrada por un puñado de poderes y corporaciones, y liderado por estas oligarquías y agentes de influencia. El porcentaje de participación, creación y generación de contenidos en Internet es muy reducido en comparación con el de usuarios conectados.

 

José Antonio Gabelas
José Antonio Gabelas
José Antonio Gabelas-Barroso. Profesor titular de la Universidad de Zaragoza. Creador del Factor Relacional y las TRIC (Tecnologías de la Relación, Información y Comunicación).

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