Me gustaría aprovechar la conferencia sobre nuevas tecnologías, adicciones y adolescentes, que se impartió esta semana en Zaragoza. Sólo con este título entiendo que se pretenda animar la convocatoria, pero volvemos a insistir en una tendencia perversa. Cuando asociamos usos e interacciones con las pantallas a abusos y adicciones, y además hablamos de adolescentes, el cóctel satánico ya está hecho.
Aclaremos que no existen adicciones a Internet, tal y como afirma la APA ( American Psychiatric Association). De modo que nos encontramos con otro de los mitos que alimentan titulares, y que llenan los discursos de muchos sectores de la psicopedagogía, asociaciones de ayuda, incluso clínicas que primero venden enfermos y luego tratamientos y terapias.
También se habla con frecuencia de nativos e inmigrantes digitales, etiquetas simplistas y sesgadas, ya superadas, como indican diferentes autores y estudios. En concreto Dan Pontrefact, advierte de la falacia de los nativos digitales, como señala el grupo de investigación CONINCOM. Conflicto, Infancia y Comunicación.
Por supuesto que los padres y madres tienen la principal responsabilidad de lo que hacen sus hijos con las pantallas, pero sin dramatismos, sin etiquetas. En determinadas prácticas culturales digitales, como las redes sociales y los videojuegos, estos discursos satanizadores todavía se amplifican más. No sólo se juzga y critica lo que no se conoce, sino se omiten muchos aprendizajes que ocurren en el ocio digital, tanto en lo cognitivo y social, como en lo emocional.
Un discurso higiénico y saludable, no se centra en las distorsiones, sino en las oportunidades, conociendo los límites y riesgos, pero siempre será más constructivo insistir en la promoción de la salud, que no en el proteccionismo. Un claro ejemplo de esta línea de trabajo, ya consolidada en Aragón es Pantallas Sanas.
Por estos motivos, y desde la parodia, nos servimos del vídeo introductorio para abrir nuestro debate.