Preparamos Dani y yo un artículo sobre algunas prácticas de Internet para Gedisa, y en esta reflexión me tropiezo con un tema recurrente: los mitos y falacias en torno a estas prácticas. Christian Christensen pone como ejemplo y modelo WikiLeaks (del que ya hemos hablado). No identifica este sitio web con otros lugares de los llamados medios sociales como (Youtube, blogs, etc), aludiendo al primer mito: los medios sociales son homogéneos en virtud de sus tecnologías. Y defiende el sitio en cuestión porque su información publicada requiere un proceso de revisión.
Tampoco está de acuerdo en que el estado-nación agonice, segundo mito. Wikileaks “está semi-oficialmente radicado en Suecia y cuenta con la protección ofrecida por los denunciantes, las garantías relativas al anonimato de la fuentes conforme al derecho sueco”. Y llegamos al tercer mito: el periodismo ha muerto. Defiende este autor que Wikileaks decidió entregar sus informes a pretigiosos periódicos como The Guardian, The New York Times y Der Spiegel, antes de que fueran publicados online.
Pongamos en cuarentena la atribuida transparencia a los medios, hoy actualizada en la red cuando se la cataloga como universal, libre y abierta. ¿No creéis que deberíamos revisar estas angélicas visiones sobre muchas de las prácticas informativas, culturales y sociales alrededor de Internet ? Os dejo los siguientes sitios para continuar nuestro análisis 1 y 2
>Sin embargo, como la zanahoria tecnológica es tan apetecible, preferimos seguir sin mirar a los lados, sin echar una pausa al andar y reflexionar sobre lo que sucede. Preferimos creer aquello que nos cuentan y seguir jalando de la cachimba del opio digital.
La red es una herramienta y nosotros le damos la apariencia con el uso. Quienes nos "prestan" sus recursos buscan "algo a cambio", un modelo de negocio. Es lo que son las grandes redes sociales. Y los usuarios, nosotros, formamos parte de él como consumidores involuntarios.
>Ese "algo a cambio" que dices, puede tener muchos nombres, por ejemplo, privacidad. En efecto, la fascinación por la tecnología es irresistible porque "lo nuevo es lo bueno". Gracias por tu comentario, Ángel.