Matones siempre los hubo, ayer y hoy. ¿Quién no recuerda sus años de cole y el típico matón y sus esbirros que hacían la vida imposible al bajito, goderte (ahora son obesos) o con gafas? ¿O al que tartamudeaba, no le gustaba jugar al fútbol y prefería entretenerse con un libro? Hoy también hay matones, a veces favorecidos y amparados en los escenarios virtuales. Este es el objetivo de un curso que está desarrollando la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía,
Como todo lo que roza las diferentes pantallas tenemos que naturalizarlo y desmitificarlo. Primero, el acoso escolar siempre ha existido. Segundo, es muy difícil disponer de datos reales sobre el aumento o la reducción de casos, y de qué manera han intervenido las nuevas tecnologías en este posible aumento. Tercero, los titulares de los medios de comunicación nos tienen demasiado acostumbrados a ver «acosos» por todos los sitios. Cuarto, para que exista acoso escolar debe haber algo más que una broma pesada, un insulto o una pelea. En la enormidad de malentendidos, tópicos y mitos que hay alrededor del tema sugiero esta visita.
La principal diferencia entre el acoso presencial y el virtual (estas diferencias las hacemos nosotros, no nuestros alumnos que son nativos digitales), es que los menores trasladan a Internet sus insultos y amenazas haciendo pública la identidad de la víctima en un foro determinado, facilitando en algunos casos su teléfono, de modo que alguien extraño se pueda adherir a la agresión. En la virtualidad, el acoso es más rápido, más cómodo, más inmediato. Se facilita el anonimato y llama la atención la frialdad de algunos casos en los que se graba, se guarda, se envía, se recrea y se comenta. El anonimato concede al acosador impunidad y al acosado impotencia. De las entrevistas que hemos realizado a algunas familias sabemos que el daño es mayor, por el amparo en este anonimato, por el desamparo legal, por la impotencia del agredido y sus familiares, por la fácil difusión.
En algunos casos, el ciberacoso empieza o se mantiene con una foto que se ha colgado de la víctima sin su consentimiento, aunque el procedimiento no es nuevo, conviene recordar como se puede capturar una imagen y colgarla después. Sugiero entrar en la siguiente entrevista a Parry Aftab, experta en seguridad online, norteamericana que dirige WireSafety.org, una ONG pionera en seguridad en la red que cuenta con 11.000 vooluntarios en 76 países.
Estas prácticas disponen de una medidas preventivas y correctivas que deben aplicarse lo antes posible. En estos hechos intervienen muchos protagonistas, además del acosado y el acosador-es: el profesor-a, los familiares, el orientador del centro, los propios compañeros/as. Tiene una importancia vital la presencia de los testigos. Cuando se habla este tema con los alumnos de la ESO y les explicas que un acoso termina cuando los testigos dejan de ser cómplices de la situación, se hace un espeso silencio.
Recojo de Marcelino Madrigal, los siguientes recursos, muy útiles para afrontar esta problemática en las aulas y en la familia: Para eliminar el perfil de tu hijo si es menor de 13 años, si alguien falsea la identidad o te suplanta para molestarte, formulario para informar de abusos, para casos muy graves.
>Lucía
yo pienso que el acoso virtual esta muy mal puesto que es una forma igua o peor que el acoso normal
>Alba Martínez
El acoso virtual es mucho peor que en comparación con el acoso escolar por que le permite al acosador tener anonimato ante el acosado.