En el debate yo no tengo un iphone, se han hecho sabrosos comentarios, también en clave de humor, como el que preside esta entrada.
Tenemos los detractores, también los defensores. Pero también existen una amplia gama de grises y zonas intermedias, y contradicciones.
Si damos un paso adelante, observamos que la sociedad-red que apunta Castells, tiene un importante punto de inflexión: su ubicuidad.
¿Por qué, cómo y hasta dónde los dispositivos móviles transforman nuestra percepción, cultura, sociedad y vida doméstica?¿Son estos cambios concreciones de la transición que se ha producido entre los medios de comunicación tradicional (prensa escrita, TV analógica, radio analógica, etc) y la comunicación mediática cuyo epicentro es Internet?
Resulta interesante el tema, porque siempre que se habla de cómo las nuevas tecnologías intervienen en nuestra percepción del mundo, aducimos razones como la cercanía o la inmediatez, y ponemos ejemplos como las revueltas árabes o las manifestaciones del 15-M. Y yo me pregunto siempre hasta qué punto las tecnologías han influído en estos movientos.
Sí, es indudable que han ayudado y mucho a su gestación y organización, pero ¿son un resultado directo de su uso?, ¿acaso estas revueltas y manifestaciones no se hubieran producido de un modo u otro? Puede que no, puede que la rapidez de la red favorezca una aceleración en el proceso de cocción social; una serie de mensajes bien dirigidos a determinados nodos de la red puede favorecer su propagación pandémica. Pero a mí me gustaría pensar, como afirma Castells, que, con o sin Internet, las revueltas hubieran tenido lugar.
De hecho hay determinadas personas que usan sus móviles de alta tecnología para actividades mucho más prosaicas, como ampliar su rango de amistades, quedar para salir de fiesta etc, y les da igual que el mundo se esté quemando en la ciudad de al lado, no digamos ya en otro continente. Del mismo modo, las personas que estan interesadas por lo que ocurre a su alrededor son las que, con o sin tecnológía se organizarán para tratar de cambiar las cosas.
Creo que estas nuevas herramientas condicionan más nuestra vida a nivel doméstico. Antes, por ejemplo, cuando no existían los móviles, se quedaba a una hora y a esa hora había que estar, ahora es mucho más cómodo, pero también más fácil faltar a la la palabra dada. También podría pensarse, por poner otro ejemplo, que los padres de hoy en día podrían sentirse más tranquilos cuando sus hijos empiezan a salir, ya que disponen de móvil para llamarles si surgiera algún problema, y sin embargo la intranquilidad es mucho mayor porque hasta el más mínimo suceso dramático llega a nosotros más facilmente y con más repercusión.
Sinceramente y aunque soy informático creo que los dispositivos móviles han influido negativamente en nuestras percepciones culturales, humanas, sociales y domésticas que aunque parezca lo mismo no lo es. Con estos dispositivos es cierto que hemos conseguido una sociedad más globalizada, lo que pasa en cualquier parte del mundo al minuto me entero y eso es un avance, pero por contra nos hemos vuelto vagos, ya casi no acudimos a un libro, diccionario, enciclopedia, atlas y mucho menos los estudiantes para consultar algo con los didactico y estimulante que esto es. Hemos pasado del lo he leido, luego ha dicho la tele y ahora lo ha dicho internet.
Nos resulta más fácil como dice Enrique aplazar una cita por Facebook, que llamar a alguien y dar explicaciones. Y además hemos perdido bastante intimidad.
Bueno aunque parezca un poco negativo, aprecio la gran cantidad de bondades que la movilidad tiene, pero quizás el uso que le damos no es el adecuado.
Un abrazo.
Creo que la tecnología se debe saber cómo utilizarla para poder utilizarla bien. Comparto lo dicho por mis dos compañeros y para no repetirme haré esta reflexión:
La juventud, desde el nacimiento de Messenger, abusa de la tecnología, se ha acostumbrado a ella y, la mayoría, la consideran tan imprescindible como el aire que respiran, y ¿qué pasa cuando a un joven de la era de las nuevas tecnologías no le funciona una mañana Internet o se “muere” su móvil?
Que la mayoría prefiere que le corten las venas con un cuchillo de plástico a lo que le acaba de pasar. Y más ahora que las palabras Internet y móvil van de la mano.
Hola,
Yo creo, J. Ignacio, que no es tanto que “no acudimos a un libro, diccionario, enciclopedia, atlas”, simplemente creo que accedemos a todos ellos a través de la red.
Respecto de la discusión que subyace en nuestros materiales y que plantea Enrique, me parece que la clave está en los materiales de Albert Sàez en dónde se dice:
“Sin determinados usos sociales, la tecnología no implica automáticamente un nuevo tipo de comunicación. Pero, sin esta tecnología, las nuevas relaciones serían inimaginables”.
Lo cual no es óbice, como exponía en la anterior parte del debate, para que existan personas “que modifican sus índices sensoriales, o pautas de percepción” por la utilización “enfermiza” de la tecnología.
Creo que, además, en una sociedad tan “pendular” como la nuestra, la española, corremos el riesgo de “pasarnos de frenada”. Los datos globales nos indican que ya en el año 2008 había en el mundo 4.000 millones de usuarios de telefonía móvil. Con una población global de 6.700 millones, un 60 por ciento de la gente que vive en el planeta ya se comunicaba a través de los móviles. El índice de penetración, el número de móviles partido por la población, a nivel mundial era en 2008 del 60%. En Europa ya era del 100%, en España de un 107%, mientras que en Hong Kong, Taiwan o Israel era del 140% per capita, es decir 1,4 móviles por cada habitante. Ahora, sin embargo ya hay voces que claman en contra de esta desaforada forma de comunicarse únicamente de “forma tecnológica”. Una visión muy interesante al respecto es la de mi admirado amigo Álvaro González-Alorda que plantea directamente: “Menos e-Mails & más conversaciones”. Acaba de publicar un interesantísimo libro en el que desarrolla esta idea: The Talking Manager”.
Os dejo un enlace: http://vimeo.com/27621294
Estoy de acuerdo con la reflexión de Enrique: la tecnología puede acelerar la creación de movimientos sociales como el del 15M, especialmente en lo que se refiere a lo que podríamos denomimar “primera llamada”, pero para que ésta tenga efecto debe haber una predisposición por parte de quien la recibe que le empuje a escuchar y, en este caso, acampar en la plaza principal del pueblo o ciudad. A partir de ahí el movimiento tendrá éxito solo, con o sin tecnología, y si no en las acampadas del 15M ¿cuántos se acercaron a ver lo que ocurría porque lo vieron en los medios de comunicación “tradicionales” -en los telediarios o en los periódicos- sin conocer ni qué es twitter?
Lo que no podemos negar es que, precisamente por esa comodidad a la que en mayor o menor medida todos nos hemos acostumbrado, y más -como dice J Ignacio- los jóvenes, algunas de estas ideas “indignadas” nunca habrían llegado esa primera vez a oidos de muchos de nosotros si no llega a ser por las redes sociales y por la inmediatez que proporcionan a estas redes los dispositivos móviles, que nos acercan a lo que ocurre en el momento que ocurre, eso que en su día hizo famosa a la cadena CNN (os recomiendo el artículo sobre twitter http://www.gutierrez-rubi.es/2011/07/04/twitter-mucho-mas-que-la-cnn/).
En cuanto al ámbito doméstico, es indudable que el mundo de las “llamadas perdidas”, mensajes de texto, etc. quizás nos ha vuelto más irresponsables -faltas de puntualidad, cancelaciones de última hora, etc.-, pero tampoco podemos negar que ha ahorrado más de un plantón que habría dañado peligrosamente la amistad 🙂
Peinso, que igual que nuestros padres ya no podrían imaginarse una vida sin televisión, nosotros no podríamos imaginárnola sin móvil o sin Internet.
Pero es como todo, hay que utilizarlo en su justa medida. No es lo mismo disfrutar de una copa de vino y beneficiarte de sus propiedades, que tomarse diez y terminar borracho. Pues lo mismo pasa en estos momentos de determinismo tecnológico: hay quien se aprovecha de los beneficios que la técnica nos aporta y quien se “emborracha” y se vuelve adicto.
Yo todavía no tengo muy claro si es la tecnología la que se adapta a lo que las personas demandamos, o si somos nosotros los que nos adaptamos a lo que la tecnología nos impone. En cualquier caso, esta claro que cualquiera de las dos opciones trasforma nuestra forma de comunicarnos, cambia nuestro día a día y modifica nuestras conductas.
Lo que está claro, es que cada uno de nosotros debemos saber “la dosis” de tecnología que podemos asimilar. ¡No nos hagamos los valientes!!!
Saludos,
Ana Pozuelo
En línea con el comentario de Ana acerca de las borracheras tecnológicas que podemos llegar a coger, me gustaría recuperar una frase del artículo de tuteve.tv que nos sugiere José Antonio: “La tecnología está cambiando muchísimo, cada vez es más rápida, y nuestro entendimiento de esa tecnología debería ser cada vez más veloz”.
Creo que, a pesar de que estamos convencidos de lo contrario, nuestro entendimiento de cómo funciona ese móvil que nos acompaña a todas partes y se conecta continuamente, así como de las aplicaciones que utilizamos -pongamos por ejemplo Facebook- no es tan veloz como se sugiere. Sí que cada vez estamos más preparados para aprender a usar en un tiempo récord tanto los aparatos como las aplicaciones -que por otra parte cada vez son más intuitivas-, pero son pocas las personas que se paran a analizar los efectos secundarios que podrían tener para poder llegar a hacer un buen uso de la aplicación -y con ello del smartphone-, y es que este conocimiento requiere tiempo y es justo lo que no queremos: gastar tiempo en analizar; mejor ser de los primeros que tienen perfil en XXX, para estar a la moda -qué recuerdos de épocas de instituto, en este caso, eran marcas de ropa, zapatos, etc.-, provocando así ese efecto borrachera que comentaba Ana.
En la otra mano, tenemos a los que “por si acaso” rechazan todo lo que tenga que ver con móviles, que ya se sabe que estas cosas las carga el diablo… y se olvidan que entre el blanco y el negro hay toda una escala de grises.
Hola, de acuerdo totalmente contigo Alfredo, quizás y una vez releido mi post, no he explicado bien lo que quería decir, está claro que yo tampoco uso diccionarios en papel o altlas teniéndo la red, lo que quería decir es que quizás nosotros un poco más mayores hemos vivido la necesidad de consultar cosas y leer en papel y tener que investigar buceando en libros para conseguir algo. Como anecdota recuerdo que hasta que cambió la normativa todo los manuales de Informática venían en perfecto inglés y cuando comencé a trabajar con IBM no había un sólo archivo informático y me tuve que aprender todo en papel y en Ingles. Esto me ayudó bastante a aficionarme a la lecctura y a buscarme la vida. Los jóvenes actuales han nacido en las Nuevas Tecnologías en lo que todo es facilísimo de encontrar y cual es mi reflexión podemos decir negativa:
1.- La tecnología avanza de forma vertiginosa y nuestras escuelas no forman a nuestros jóvenes en su uso.
2.- Los padres no están formados en los medios y no saben o sabemos en reglas generales educar a sus hijos en las nuevas tecnologías.
3.- Tal y como pasa en los buscadores científicos que tienen gran recelo contra los buscadores generales, he podido comprobar de primera mano que muchos lugares donde consultamos información no tienen ningún filtro de calidad o veracidad y nuestros jóvenes pueden estar consultando datos incorrectos en la red. Sin ir más lejos cada vez resulta más complejo creerse lo que aparece en Wikipedia, la posibilidad de modificar a tu antojo el contenido lo hace inseguro.
4.- No estoy del todo de acuerdo en que aprendemos muy rápido si os fijáis y para eso Appel ha sido un ejemplo los dispositivos y aplicaciones están hecho para “tontos” y perdonadme la expresión, un Iphone y un Ipad lo maneja cualquiera y las redes sociales no digamos, otra cosa es que sepamos lo que hacemos ya vemos las lagunas de seguridad que existen en su uso.
No me opongo a las NT yo vivo de ellas pero si creo que debemos avanzar mucho en la formación sobre su uso.
Un abrazo.
Ya no es cuestión de si nosotros nos adaptamos a la tecnología. Somos la generación de la brecha, poco importamos excepto como financiadores de los próximos artilugios. Nuestra adaptación no será completa y nunca llegaremos a ser seres digitales, pero el cambio ha comenzado y las repercusiones hoy por hoy son inimaginables.
Para hablar de cómo la tecnología afecta a nuestras vidas no es necesario hablar de teléfonos, sólo tenemos que mirar a la historia. La aparición del fuego influyó en nuestra evolución; al cocinar los alimentos, estos eran digeridos de un modo más rápido, los dientes no tenían que ser tan grandes para masticarlos, las proteínas cocinadas están desnaturalizadas, lo que incrementa su sensibilidad a las enzimas digestivas, los alimentos se aprovechan mejor y esto favoreció el desarrollo intelectual del ser humano.
Del mismo modo, no me extrañaría, como indican algunos, que los nuevos modos de gestionar la información influyeran en nuestros patrones cerebrales.
En este video que encontré por ahí, que tal vez no debamos tomarnos muy en serio, aparece un bebé jugando con un ipad y luego tocando encima de las fotos de una revista. ¿Es gracioso o inquietante?
Saludos compañeros.
http://www.larazon.es/noticia/9989-lo-ultimo-de-youtube-la-generacion-ipad-no-sabe-hojear-una-revista
Hola Enrique:
No había visto el videio, pero me parece que es absolutamente ilusitrativo para el deabte que venimos manteniendo. Gracias por tu aportación!! Incluso sirve para matener y refrendar posturas, en principio contrapuestas: por un lado, está clara la tremenda potencialidad del aprendizaje tecnológico: “un bebé de un año pincha los distintos iconos del tablet y abre las aplicaciones de una herramienta que parece dominar sin problemas”
Por otro, da miedo pensar a dónde puede conducirnos este determinismo tecnológico ¿exacerbado? cuando el propio mpadre, exclama (parace que con cierto “miedo” y citando a McLuhan): «La tecnología codifica nuestras mentes, cambia nuestro sistema operativo. Los productos de Apple lo han hecho de forma extensa. El vídeo muestra cómo las revistas son ahora inútiles e imposibles de entender para los nativos digitales. Muestra cómo es la vida real para una niña de un año que ha crecido rodeada de pantallas. Y cómo lo que viene detrás se convierte en irrelevante. El medio es el mensaje».
MIL PERDONES, he puesto el comentario sin haberlo corregido 🙂
Hola Enrique:
No había visto el video, pero me parece que es absolutamente ilustrativo para el debate que venimos manteniendo. Gracias por tu aportación!! Incluso sirve para mantener y refrendar posturas, en principio contrapuestas: por un lado, está clara la tremenda potencialidad del aprendizaje tecnológico: “un bebé de un año pincha los distintos iconos del tablet y abre las aplicaciones de una herramienta que parece dominar sin problemas”
Por otro, da miedo pensar a dónde puede conducirnos este determinismo tecnológico ¿exacerbado? cuando el propio padre, exclama (parece que con cierto “miedo” y citando a McLuhan): «La tecnología codifica nuestras mentes, cambia nuestro sistema operativo. Los productos de Apple lo han hecho de forma extensa. El vídeo muestra cómo las revistas son ahora inútiles e imposibles de entender para los nativos digitales. Muestra cómo es la vida real para una niña de un año que ha crecido rodeada de pantallas. Y cómo lo que viene detrás se convierte en irrelevante. El medio es el mensaje».
Saludos
Alfredo
El vídeo me ha parecido mientras lo veía gracioso, pero luego lo he digerido y me ha parecido inquietante porque, aunque sea una niña de un año y probablemente más adelante sí sepa mirar una revista y distinguirla de una tableta iPad, es un reflejo muy puro de lo que las nuevas tecnologías significan para futuras generaciones (en este caso prevalece el uso del iPad a una revista).
A la aportación de J.Ignacio y sus palabras “está claro que yo tampoco uso diccionarios en papel o altlas teniéndo la red, lo que quería decir es que quizás nosotros un poco más mayores hemos vivido la necesidad de consultar cosas y leer en papel y tener que investigar buceando en libros para conseguir algo” diré que:
En clases de “Practicum de Derecho” en primero de carrera de Derecho, nos enseñaron a buscar sentencias tanto en soporte digital como en papel, ya que no todas las sentencias están digitalizadas. Comparto con mi compañero que se debe avanzar mucho en la formación de su uso y, añado, compaginarlo con las “viejas tecnologías” ya que se complementan unas y otras, para que no nos pase lo que a la niña del vídeo y no sepamos usar una revista pero sí algo tan complejo (a priori) como es el uso de una tableta electrónica.
Saludos.
Hola Vanessa:
Te aseguro que la inquietud es absolutamente real…hace unos días mi hija (5 años) tuvo en sus manos ¡por primera vez! una mini consola (¿se dice así? 🙂 ) de juegos (SuperNintendo, perdón por la publicidad). Primero sentí sorpresa cuando, sin haber manejado nunca algo similar, Rocío parecía haber nacido con el aparato “debajo del brazo”. Luego sentí orgullo: mi hija NO era tecnológicamente analfabeta, más bien todo lo contrario. Empecé a preocuparme cuando hube de quitarle el aparato para que prestara atención a su madre, a mí y ¡¡al mismísimo Bob Esponja!! Por último, estaba completamente desconcertado: ¿qué hacer? ¿privarle de la consola?. ¿racionársela? ¿fomentar su uso? ¿dejarla hacer?
Opté por devolvérsela a su primo (el legítimo dueño) y aplazar todas esas diatribas unos meses: en Navidad segur que “cae” la Nintendo ¿maldita??
Abrazos
Alfredo
Lo cierto es que, Alfredo, me ha pasado lo mismo con esos aparatillos, concretamente con mis primos. Pasamos un fin de semana en una casa rural y mi gemela y yo impusimos (como primas mayores) jugar a juegos de mesa antes que fomentar el individualismo de estas máquinas y un primo en concreto (el más canijo) Atendía a los dos juegos a la vez (el de mesa y el videojuego) para sorpresa de todos, y nos ganaba. Y si me enfrento yo con esos aparatos soy más torpe que tu hija de cinco años. Hablando de videojuegos y es un ejemplo de hasta dónde puede llegar la tecnología hoy día, ha salido al mercado http://www.vadejuegos.com/noticias/2011/10/25/lanzan-un-juego-sobre-la-muerte-de-gaddafi-144746.html
(Ya no solo nos conformamos con conocer la noticia o mil vídeos sobre ella, ahora podemos “vivirla en nuestras carnes virtuales”)
¿Es este el cambio que ha podido suscitar los dispositivos móviles en nuestra cultura? Creo que la tecnología nos ha llevado a un límite ilimitado…
Hola, veo que llego un poco tarde, porque en cierta medida habéis dado opiniones que comparto. Pero me gustaría hacer un apunte que no se ha mencionado.
Habéis hecho unos comentarios sobre el porqué del consumo de las nuevas formas de comunicación, de cómo las nuevas generaciones ya no se acercan a un libro para consultarlo y la cada vez más simple forma de utilizar los nuevos terminales que nos permiten estar conectados en todo momento.
Pero, en mi opinión esto se debe a que cada vez queremos hacer las cosas más rápido. Ya no queremos perder el tiempo pasando las páginas de un libro gigantesco si tenemos una inquietud. Siempre hay “muchas cosas que hacer” para poder pasar un rato charlando con un viejo amigo compartiendo una cerveza ¿para qué hacerlo en persona, si podemos hablar con él en Facebook? Y con quince más a la vez.
Ahora todo debe ser rápido y fácil, que no tengamos que pasar mucho tiempo averiguando cómo funciona ¿Cuándo fue la última vez que abristeis un libro de instrucciones? Hasta nos ponemos nerviosos si una página web tarda más de 5 segundos en cargar. Todo va a tal velocidad que todavía no hemos terminado de aprender cómo funciona una tecnología cuando otra más avanzada, rápida y guay aparece; sólo las utilizamos sin preguntarnos si de verdad necesitamos todo lo que nos ofrecen.
Sin embargo, Israel, y lamentándolo mucho, aún existe una brecha enorme en la tecnología. Navegamos a menos de la mitad de lo que navegan Estados Unidos y Japón y aún existe mucho ruido en la red. Es decir, Internet está siendo el escaparate publicitario para las compañías y está dejando su esencia eterna: formar conocimiento
Hola a tod@s
Esto de las nuevas tecnologías es un tema que todavía hoy suscita mucho debate. Como comenta Enrique, considero que las herramientas de las nuevas tecnologías nos condicionan la vida. No hay más que ver como hemos reaccionado los consumidores ante el problema técnico de BlackBerry.
En cuanto a que las nuevas tecnologías nos han vuelto vagos, estoy plenamente de acuerdo con Ignacio. Lo veo día a día con mis alumnos. Cuando les mando un trabajo acuden a buscar información a Internet y si no encuentran la información dicen que no se puede hacer.
En cuanto a lo que comenta Vanessa, es totalmente cierto. Una alumna me comentó que había estado una semana sin que le funcionara la BlackBerry y que se sentía aislada. Le comenté ¿No puedes llamar? Y su respuesta fue que no es lo mismo y además es más caro.
Como muchos otros comentáis, la tecnología está muy bien pero hay que utilizarla en su justa medida. En nuestras generaciones sí creo que se realice un uso justo de ella. En las generaciones más jóvenes no es lo mismo, viven pegados a su móvil como si este fuera un miembro más de su cuerpo o como una prolongación de sus manos.
La tecnología nos da mucho, por ejemplo poder estudiar a distancia como hacemos nosotros, pero también nos puede quitar algo que considero fundamental que es el trato humano, y eso que en España todavía no está muy extendida la videoconferencia. Cuando esta se utilice más si no tenemos cuidado ya ni quedaremos con los amigos para charlar un rato.
Para apoyar tu disertación Ruth, segúne estudios de la consultora Kantar Worldpanel, se ha incrementado la penetración de la blackberrie es decir, cada vez más individuos tienen una y es la población joven la que más la posee, por otro lado, el usuario del iPhone es el cliente más fiel a la compañía.
¡Hola!, como habéis dicho muchos, esta era de la conectividad 24h ha cambiado la forma de relacionarse entre nosotros, por desgracia no para bien en muchos casos. Os dejo aquí una historia de Elvira Lindo que cuenta en su columna de El País que resume esto:
No me quieras tanto
También me he encontrado hoy un par de enlaces (El primero lleva al segundo) que me han parecido bastante interesantes para conocer un poco mejor la sociedad en la Red. El primero nos habla de la dificultad de atención en la lectura de documentos digitales, donde se comenta algo de lo que escribí aquí ayer; y el segundo, un poco más extenso, donde se extiende lo comentado en el primer enlace (se menciona la frase de Mcluhan que habéis recordado aquí más de una vez).
¿Por qué leer a través de Internet no es lo mismo que leer un libro?
Divulgación 2.0
En mi opinión, todos somos susceptibles a todo, es decir, cualquier cambio nos afecta y seguimos su rumbo. El efecto de las tendencias de moda, por ejemplo se aplica a cualquier sector de consumo y normalmente el innovador, el cool hunter es un ente que observa detenidamente a la sociedad mientras interactúa y entonces propone el cambio que es percibido por la sociedad como innovación. Julio Verne, famoso visionario plasmó ideas que luego fueron desarrolladas y produjo un cambio. La domesticación de los medios convencionales (radio, prensa, TV) supuso una nueva manera de percibir la vida y entonces el consumo fue apoyado porque se adaptaba al estilo de vida de los hogares. La relación es compleja porque quizá de alguna manera, la diversificación de los medios convencionales y, con irrupción y crecimiento vertiginoso de Internet, aunado a la aparición de la la TDT; supuso la fragmentación de los hogares o ¿es que esos hogares ya estaban fragmentados y entonces esta tecnología triunfó porque cada vez hay más individualización del consumo de medios?
Hola, tengo un principio que me autoimpuse en mi vida, y es que en todo lo que haga he de buscar la bondad y lo bello. Esto suena un poco cursi y he de reconocer que no es invención mía sino fruto de una lectura de verano.
En esto de la tecnología creo que lo importante es sacarle partido a todo lo bueno que tiene que es mucho, adaptarnos según las necesidades y sobre todo buscar que sus uso no afee y emprobrezca nuestra vida, la de nuestras familias, etc. Yo tambien pasé por tu trance de que mi hija recibiera de mano de los Reyes Magos la maldita Nintendo, pero por si te sirve opté por una solución salomónica. Que disfrute de ella pero dos horas a la semana y ahora no la hecha de menos y se pasa semanas sin usarla. En fin es sólo un ejemplo que me lleva a decir que los medios no son ni buenos ni malos en sí mismos, depende del uso que les demos.
Un abrazo.
Ignacio, estoy totalmente de acuerdo contigo. Lo importante es saber utilizar los medios que tenemos a nuestro alcance. Para mí han supuesto, a nivel de trabajo, una gran ventaja ya que como viajo continuamente ya no tengo un atasco de cosas pendientes cuando regreso al despacho. Además puedo ofrecer a mis alumnos respuestas rápidas ante las dudas que les surgen. Pero desde luego, el fin de semana es para mi familia y para mí por lo tanto el móvil tecnológico pasa a un segundo plano.
Ante todo, disculpad que me haya incorporado tan tarde al debate. He leído vuestros comentarios con atención y la verdad es que me han resultado muy interesantes. No obstante y aunque ya habéis dicho mucho, quiero también aportar mi opinión al debate.
En cuanto a la primera cuestión que se nos plantea, parece claro que los dispositivos móviles se han acomodado a nuestras vidas, variándolas de manera positiva mayoritariamente, aunque entiendo perfectamente las críticas que algunos de vosotros habéis hecho. Pero es indudable que Internet ha supuesto una auténtica transformación. Internet es el tejido de la comunicación de nuestras vidas,está ahí para: informarnos, contactos personales, la política, lo laboral, los servicios públicos, el entretenimiento, etc…Así nos encontramos con que Internet se usa cada vez más para tener acceso a la radio, a la prensa y a la televisión. ¿ Internet como epicentro ? No sé vosotros, pero aunque yo no soy excesivamente tecnológico, mi devenir diario no podría desarrollarse en los mismos términos que ahora si no fuera por Internet. No tanto en mi ocio, al que también afecta, pero en la faceta laboral y académica es el eje. ¿ Como podríamos sino estudiar este grado?. Como decía antes, entiendo que la excesiva mecanización tecnológica despierte recelos en muchos de nosotros, pero a pesar de ello, no hay que dejar de rendirse ante la magía de Internet, que nos permite llegar a tantos sitios, tantos ámbitos, a tantos conocimientos.
Castells traslada una visión optimista al pensar que este nuevo panorama permitiría que los movimientos y los individuos puedan construir mayores espacios de autonomía y confrontar a las instituciones a partir de sus propios proyectos. Una visión optimista al valorar por ejemplo que a las culturas monoritarias se les presenta una ocasión para no difuminarse.
No se trata de renunciar a lo analógico, sino como ya habéis dicho integrar. Integrar para ampliar y enriquecer, y si antes leía una enciclopedia, que ahora pueda consultar cuatro.
Me gustaría quedarme con esa faceta de romper barreras, de lo extraordinario que nos aporta Internet, pero a la vez me resulta inevitable, reflexionar, cuestionarme si “realmente” nos hace más libres…
Alfredo, felicidades por tu hija.