Skam es una serie que levanta pasiones en Noruega, y que a pesar del frío se ha extendido como un reguero de pólvora por el territorio global.
¿Qué pasaría si la trama y la narrativa de la serie fueran reales?
¿Si lo que ocurre a los personajes, también sucediera en la vida cotidiana?
¿Si pudiese conocer el modo de ser, sentir y actuar de sus personajes?
¿Si lo que ocurre en cada capítulo continuara en los perfiles y las cuentas de los personajes que yo sigo en Twitter, Instagram, Facebook, incluso en sus conversaciones de Whatssap?
¿Si tuviera la sensación de que los personajes de Skam son tan reales o más que yo?
Hablamos de una serie que no es un documental, ni es telerrealidad. Es una ficción, que ya cuenta con más de un millón de espectadores, a punto de estrenar la cuarta temporada.
Reconozco que no tenía intención de escribir este post, porque no conocía esta serie. Pero una alumna me habló de ella, y enseguida he encontrado muchas conexiones con nuestra experiencia de largos e intensos años con adolescentes. Así empieza el trabajo de Paula que suscitó esta reflexión: “Si Isak enviara un mensaje a Jonas a las 12:30, ese mensaje sería subido a la misma hora en la página web oficial de la serie. Es un mensaje privado entre dos personajes al que al mismo tiempo tienen acceso las miles de personas que siguen la serie. Un mensaje que puede tener repercusión en el próximo capítulo, que forma parte del universo al que pertenecen los personajes y que comparte el mismo espacio y tiempo de la audiencia, convirtiendo así la serie en real.”
La serie se convirtió en un fenómeno de masas en Noruega desde la segunda temporada, la quinta parte de su población seguía su trama. Ni contó con cuñas publicitarias, ni ocupaba espacios en prensa, sin embargo los creadores supieron aprovechar las redes sociales, no solo como plataforma de difusión, también como un espacio narrativo más. Y aquí es donde encontramos la principal conexión con el ritmo y la vitalidad adolescente. Pero esto nos lo cuentan mejor dos de sus seguidoras, que preparaban su viaje a Oslo, ciudad en la que transcurre la historia.
Para documentar el guion de Scam, el equipo de producción invirtió muchas semanas en largas y profundas entrevistas a muchos adolescentes, sobre los que gira la serie, pues el papel de los adultos es episódico y secundario. Esta trabajo de investigación se luce en la temática y en el tratamiento.
Recogemos algunos destacados de sus fans:
- “Tienes al personaje que es real y cercano, todo el día y la noche contigo, porque te va contando lo que hace.“
- “Hay una conversación a las tres de la madrugada (la suben entonces), y te mueres…”
- “Tengo la sensación de que los personajes son tan reales o más que yo. Tienes vidas, tienen Instagram, FB…memes. Con problemas normales, no hay vida idealizadas.”
- “Vives día a día la relación de las parejas.”
Aunque se permita ciertas licencias, como siempre estar de fiesta y beber vino, que algunos reconocen, convengamos que es una serie que sabe “tocar” la textura adolescente. A lo largo de pequeños clips, anteriores a cada capítulo que emiten los viernes, se puede seguir a modo de crónica complementaria la vida de los personajes.
2 interrogantes:
¿Por qué conecta y describe el universo adolescente?
- Porque abordan cualquier problemática como homosexualidad, religión, enfermedades mentales, trastornos alimentarios, con un tratamiento natural, (realismo). Tal y como ellos lo conversan y en gran medida experimentan, de una manera natural y espontánea.
- Porque es tangible la inmediatez. No puede ser para mañana, es para ya. Dicho de otro modo, si algo sucede a los personajes en un momento determinado, lo sabrás al instante. Su realidad es tu realidad.
- Por el realismo de los personajes, que son cambiantes, contradictorios, volubles con el lenguaje de las emociones a cuestas y a flor de piel.
- Por la frescura y espontaneidad de sus diálogos, sin mediaciones, ni mediadores. Los adultos apenas aparecen, y si lo hacen no son relevantes.
- Porque las redes sociales forman parte de ese cuarto entorno como fusión del on-off, de lo posible y lo utópico, lo tangible y lo intangible. Un espacio en el que “ver es ser visto”, tal y como exhibe cada pantalla, pero también los carteles de la habitación de Eva, una de las protagonistas.
¿Por qué hablamos de adolescentes y narrativa transmedia ?
- Los clips de cada episodio se publican a lo largo de la semana, siempre del día y la hora en que ocurren.
- El capítulo completo se sube a la página web, a la que el usuario puede acceder en cualquier momento.
- El menú diario de Skam contiene mensajes de texto, fotografías de los personajes en sus cuentas de Twitter, Instagram, FB
- Que completan y se integran en la trama conforme avanza la serie. No explican el capítulo, ni son relevantes, pero permiten desarrollar y profundizar en los personajes y sus conflictos.
- Entre las muchas peticiones a la NKR para que la subtitule en inglés, pues está en noruego, los propios espectadores ofrecen los capítulos subtitulados.
Por consiguiente, son muchas las conexiones entre la narrativa de su ficción, y la narrativa vital de la adolescencia. Un conjunto de conexiones, que nos recuerdan que los adolescentes no son solo, ni en gran medida, un producto hormonal, sino neuronal.
5 supuestos para el diálogo:
- ¿Qué ocurriría si cambiáramos la lente? ¿Si en vez de ver “adolescentes problemáticos, observáramos situaciones problemáticas? En clima de diálogo normalizado, sin prejuicios, sin interrogatorios de tercer grado. Dejándonos como padres y educadores sorprender, interpelar. Conversando.
- ¿Qué ocurriría si en vez de considerarlos un “producto hormonal”, los consideramos una evolución neuronal? En un contexto de cambio, en el que las referencias también han cambiado, y los padres y educadores no somos el centro, porque lo es su grupo de pares, que ejercen una presión, que sí necesita nuestra mediación, pero no necesita nuestra negación, ni sermones, ni interrogatorio de tercer grado, ni rechazo.
- ¿Qué ocurriría si comprendiéramos más sus gritos y escucháramos más sus silencios? Nos resultan incómodos a los adultos, pero ellos también se sienten incómodos al crecer, y lo manifiestan.
- ¿Qué ocurriría si comprendiéramos que lo que ocurre alrededor y entre el escenario multipantallas forma parte de su realidad? Porque no es otra realidad, sino una dimensión de su propia vida, de su universo, de sus relaciones. Donde se socializan, donde descubren o (deterioran) su identidad, donde gestionan (o no) su intimidad.
- ¿Qué ocurriría si comprendiéramos que mientras los adultos percibimos riesgo, ellos experimentan oportunidades?
José Antonio Gabelas