El viernes 26 y sábado 27 estuvimos reunidos en Madrid un nutrido grupo de educadores y comunicadores, convocados por Roberto Aparici, director del Máster Univesitario en comunicación y educación en la red. Este seminario tuvo una primera parte, centrada en la discusión sobre lo que entendemos por educación mediática.
Guillermo Orozco preguntó “¿seguimos siendo usuario o prosumidores? ¿Postcomunicación?¿Cuál es el sujeto?¿Cómo vamos a entenderlo desde la alfabetización?
Roberto Aparici planteó un debate sobre el sujeto dentro del esfuerzo en educación, medios y TICs. Contextualizó el origen de la educomunicación en el ámbito latinoamericano y luego se expandió a Europa, pero este enfoque se fue diluyendo, al punto de haber adoptado “educación para los medios” o, más recientemente “educación mediática” como traducción del término “Media Literacy”,”Media education” o “New media literacy” del ámbito anglosajón, intentando traducir sin buscar una identidad propia… El contexto iberoamericano está en la educomunicación. Reforcemos esa nomenclatura que tenía una dimensión pedagógica, comunicativa y política, el término angosajón ha terminado por imponerse por la industrica cultural y el mercado editorial. ¿Qué queremos asumir?
Pedro Jiménez comenta que el origen del 2.0, está en el software libre, que parte de una ética hacker que creo que no son válidas. Más allá del nombre o apellido nos interesa la perspectiva crítica. Da igual el nombre si el fondo es crítico y reflexivo, lo importante es “apropiación”, “transmedia”, etc. Desde esta perspectiva de como surgen las tecnologías deberíamos aportar algo. Ahí los hackers no piensan sólo en código, piensan en sujetos y en que la tecnología no debe ser ajeno a la educación. La tecnología no es un un problema sino un aliado, pero la realidad educativa no contempla esa perspectiva crítica, ni en las aulas, ni en la universidad.
En la segunda parte nos detuvimos en diferentes líneas y propuestas de trabajo, que por lo pronto se centran en la creación de un sitio en la red en la que seamos una plataforma de reflexión, diálogo, intercambio de experiencias y acción en la educación mediática.
Hace un par de años la UE ya hizo una propuesta de asignatura que como otras muchas palabras quedó, como decimos en Aragón, “en agua de borrajas”. Disponemos de suficientes informes para articular programas que hagan realidad esta educación. La escuela, la familia, los comunicadores, las instituciones sociales, necesitan también una voluntad política, todavía ausente en los diferentes ministerios y organismos oficiales.
Dejemos de hablar de brecha digital y hablemos con claridad de la paradoja de las TIC: mientras que la escuela deslegimita las prácticas sociales y culturales que los jóvenes tienen en su ocio, al mismo tiempo reivindica su papel institucional con programas TIC (línea escuela 2.0, un ordenador por niño y demás zarandajas).
¿Qué quiere la escuela? ¿Perpetuarse como valedora del saber académico, con la excusa de que los alumnos/as están integrando las TIC y se alfabetizan digitalmentente? En el fondo, estamos en lo de siempre, la escuela proclama su autoridad institucional y cultural, y rechaza la cultura popular de los jóvenes, experimentada en sus escenarios virtuales online, prolongación de su vida offline. Sugiero consultar los siguientes estudios para hacernos una opinión que arranque de datos y observación empírica, no de prejuicios y rumología escolástica.