Disrupción educomunicativa (II): parodia y diseño

Avanza el tiempo y avanza la inteligencia colectiva. Una vez más, este post es un camino en construcción que nació en  la experiencia de muchos años de ensayo y error y  creció con  el laboratorio de ideas y prácticas TRICLab, en el marco del grupo de investigación GICID, en estos  tres últimos años. Y a lo largo de estos días, a través de conversaciones tuiteras con vosotros, y en especial con  @drotorrent .  Muchas gracias por lo que aprendemos con vosotros !!

Llegan las Fallas y su jocosa parodia. Fuego, ruido y reflexiones: Mediterráneo. Son más que una extensión del arte, de un género del entretenimiento y de la burla de la actualidad. La socióloga Linda Hutcheon, en “The Theory of Parody”, define la parodia como “una forma de repetición con una distancia crítica e irónica, marcando la diferencia más que la similitud”. Pone énfasis en la relación sorprendente del potencial efecto conservador de la repetición, y  a su vez del revolucionario efecto de la diferencia y la distancia.

Estimulante combinación de cercanía en la implicación emocional del artefacto, y distancia crítica de la realidad que se parodia y por tanto  distorsiona.  La parodia tiene la capacidad de llevar un debate a la calle, de hacer que el público eche su mirada crítica, la vuelque, y se visibilice. ¿Qué suscita, exige, redimensiona, remueve de la comunicación que siempre educa, y de la educación que raramente comunica?

La parodia es deconstrucción y reconstrucción. Análisis (distancia) y creación (cercanía). El hecho paródico flirtea con la educación mediática, tanto en su tradición anglosajona “Media Literacy”, como latinoamericana educomunicación, porque recoge las dos dimensiones de la alfabetización digital: el análisis y la creación. Lo primero implica fragmentar, deconstruir, interpretar, valorar; lo segundo, expresar, reconstruir, crear.

Así como el filósofo, el educador y comunicador buscan con su lámpara y su razón el sentido, el parodista provoca lo contrario, explora la inversión, lo contradictorio, el caos. La tradición literaria en el packaging  de la parodia nos muestra cómo es la crítica literaria, la novela y el ensayo; y los géneros periodísticos como el reportaje, la crónica o el documental, se manifiestan en un deconstrucción que obedece no siempre a unos códigos y cánones estilísticos, ideológicos y formales.

Pero  ¿cómo invertir el tablero en el que se juega la partida de la educomunicación?

La experiencia disruptiva de varios colegios en Cataluña que funcionan sin pupitres, ni deberes, ni clases magistrales; sin asignaturas, ni exámenes, interpela. Es pronto para valorar, pues apenas tienen cinco meses de rodaje. Sin embargo destacamos que todo nació con una lluvia de más 50.000 ideas, en la que participaron más de 1000 alumnos y profesores, además de familias y otros agentes sociales. Eraser realiza un detallado “garabateo” de la noticia.

Esta iniciativa significa transformar las estructuras organizativas (espacios y tiempos), las relaciones docente-estudiante, estudiante-estudiante, docente-estudiante-procesos, estudiante-docente-comunidad educativa. Modelo pedagógico, trabajo por proyectos, protagonismo del equipo… son algunas claves.

Es decir, un diseño diferente para una escuela diferente.  El impacto de la parodia en la educación despierta interés por su propósito de avalar el diseño (parodia como imitación), mientras que cuestiona su metodología (parodia como crítica). En cuanto a la educación, nadie discute que es necesario, que tenemos la obligación y la responsabilidad de potenciar el  conocimiento a la próxima generación. Pero el latido paródico invita a preguntarnos:

¿Y si no tenemos la obligación de impartir conocimiento? ¿Impartir conocimiento debe ser el objetivo principal? ¿O tiene más importancia  generarlo? ¿La estructura rígida de las aulas, los horarios y los currículos son beneficiosos? ¿Qué habilidades serán las más importantes para los trabajadores del año 2020? ¿2030? ¿Si cambian nuestros cerebros, por qué no cambia el modelo ?

La parodia tiene el poder de extender el debate, de conseguir que los padres empecemos a cuestionar los colegios, a hablar con nuestros hijos sobre su educación y de presionar a las autoridades y responsables de pensar más allá que el currículo establecido. La parodia tiene el poder de hacernos reflexionar a todos sobre cómo hemos llegado a la situación actual, de un sistema educativo que no prioriza las necesidades de la futura generación de trabajadores y creativos. La parodia también tiene el poder de conseguir que apreciemos aún más el arte y la importancia del concepto.

Fallas, parodia que es diseño, que son materiales, procesos. Interior para celebración exterior, visibilidad del pueblo para el pueblo. Iconos que se hacen, votan e indultan. Diseño que es estética y es belleza. Ya lo dice Kafka: “Quien conserva la capacidad de ver la belleza, no envejece”.

Noelle Achelon y  José Antonio Gabelas

José Antonio Gabelas
José Antonio Gabelas
José Antonio Gabelas-Barroso. Profesor titular de la Universidad de Zaragoza. Creador del Factor Relacional y las TRIC (Tecnologías de la Relación, Información y Comunicación).

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2 COMENTARIOS

  1. me parece un largo camino y ya estamos en el, unos concientes otros no ” sin embargo “se mueve, en México el reto es mayor de acuerdo a sus dimensiones culturales ñ, geográficas y desde luego demográficas, sin contar la resistencia al cambio de paradigma ( temor a no estar), en fin sigamos adelante, les sugiero “Alere.uanl.com”, agradezco sus críticas y ofrezco disposición a discutir ideas

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