Aunque en España hay tres consejos audiovisuales autonómicos: CAC, CAN, ca:A, todavía no existe un Consejo Audiovisual Estatal. Recientemente, los telespectadores asociados a ATRA piden al Senado luz verde al consejo audiovisual estatal. Su presidente Alejandro Perales, ha declarado, «que es preciso que este organismo no quede subsumido en la Comisión del Mercado de la Telecomunicaciones…. y tendría que velar por los contenidos y el cumplimiento de los códigos dentológicos en los medios.»
Además de la función de regulación y protección de las franjas de espectadores más sensibles, no se pueden olvidar otras cuestiones importantes. Como señala
Juan Varela «corremos el riesgo de volver a administrar el pasado con una propuesta ajena a Internet y las telecomunicaciones. La televisión del futuro -yo diría presente- es la multiplicación de canales y la oferta por bancha ancha, fija y móvil.» Constatamos que la propuesta del Gobierno no garantiza la independencia ni fija con claridad las funciones, tal y como decreta Europa.
En Abril del 2010 se publicó la
Ley de Comunicación Audiovisual en la que se concreta la
protección del menor en su artículo 7. Así como el
derecho a una comunicación audiovisual trasnparente, en su artículo 6. Son pasos ya dados en buena dirección, pero insuficientes. Mientras no exista un organismo que además de regular y controlar contenidos, promueva la participación ciudadana, la investigación, garantice la independencia y el pluralismo, no daremos paso firmes. Ya vale de fuegos de artificio, ¿dónde está el famoso comité de sabios? ¿Recordáis en qué quedó ese
comité, allá por el año 2005? En un informe, que apenas tuvo trascendencia, sin ninguna repercusión concreta.
Tomarse en serio la televisión pública signfica legislar y regular para la convergencia mediática y para los ciudadanos. En esta línea se desarrolla la iniciativa que puso en marcha la universidad Pompeu y Fabra de Barcelona y el CAC en el
documento blanco, coordinado por Joan Ferrés y en el que participamos cincuenta expertos de Iberoamérica y España, y que constituye hoy la investigación más potente en Europa sobre la medición del grado de competencias audiovisuales en la ciudadanía.
Tendremos audiencias críticas y responsables, cuando tengamos audiencias formadas. ¿Qué ocurriría si ahora el gobierno propusiera que pagáramos un canon por tener una televisión pública decente, como ocurre en varios países europeos?