Hemos celebrado el I Foro social, “Impacto de las TRIC en las familias” en el contexto del Congreso Comunicación Familiar en un entorno digital, con un rotundo éxito de participación por parte de los padres y madres, educadores, y otros agentes sociales y sanitarios.
El #FactorR en TRICLab provocó este foro, lo preparó y lo desarrrolló. Ha sido una excelente experiencia con los cuatro padres y madres: Anabel, María, Javier y Marcos, y con todos y cada uno de los participantes. Arrancamos la sesión con la descripción de algunas situaciones familiares, con hijos entre los 2 a los 23 años, propiciadas en el entorno digital.
La dinámica que hemos llevado merece la pena repetirse y prodigarse. El laboratorio relacional está abierto y funciona muy bien. El diálogo emotivo e intenso sobre lo que ocurre en nuestras familias en torno a la presencia de un hogar multipantallas ha generado realidades y utopías.
Los hogares han sufrido un enorme cambio en su arquitectura, distribución de espacios y creación de rincones para ver, jugar, interaccionar, cotillear, divertise, aprender, evadirse… El centro (antes el fuego, luego la mesa, después un televisor) desapareció. Esta conversión espacial y temporal de nuestros hogares tiene unas consecuencias en los modelos de convivencia y comunicación familiar que es necesario que afrontemos.
Se comentó “mis hijos tienen tiempo para la TV ,el ordenador y las tablets, como lo tienen para el chocolate y estar en la calle”. Enseguida recordamos la importancia de una dieta digital que es necesario planificar desde la primera infancia.
Aunque el diálogo se centró en los riesgos y peligros, quisimos proponer una mirada positiva. Nos encontramos en un entorno mediado por la tecnología que precisa una mediación de los padres, madres y educadores. Pero también precisa una política de comunicación que comprenda los cuatro pilares: familia, escuela, instituciones administrativas y sociales, y medios de comunicación.
Nuestra presencia, nuestro ejemplo, nuestro conocimiento de lo que nuestros hijos e hijas consumen, son un valor conversacional y relacional de primer orden, que está en nuestra agendas diarias. Así conocemos sus gustos y preferencias, sus modelos, sus emociones, con lo que se identifican y proyectan. Así podemos intervenir y acompañarles y ayudarles a crecer como personas.
El #factorR supera el marco instrumentalista de las TIC, recupera la comunicación y dimensiona las relaciones entre padres e hijos, entre iguales. Proponemos algunas claves:
– Conozco los gustos y preferencias de mis hijos, establezco desde el diálogo unos límites en la infancia, en la adolescencia estas reglas se negocian y flexibilizan o confirman.
– Observo los consumos e interacciones que ellos tienen en y con las diferentes pantallas conversar sobre sus riesgos y oportunidades.
– Planificamos la dieta digital, en sus contenidos y en sus tiempos, como planifico otros hábitos familiares.
– Acompaño a mis hijos cuando están con y en las pantallas para conversar y provocar una reflexión o un diálogo sobre los temas y problemas que les preocupan.
– Coordino los consumos e interacciones en la familia con los apoyos y la reflexión en la escuela.
– Busco ratos y espacios para mirarnos a los ojos, abrazarnos, acariciarnos y sonreir.
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