¿Competencias mediáticas de la ciudadanía…? Rotundo suspenso

Suspenso para el 95,4% de los ciudadanos y ciudadanas españoles. 

Poblet fue el punto de encuentro para parte del grupo de investigadores que llevamos siete años investigando sobre el grado de competencias mediáticas de la ciudadanía española, coordinados por el profesor Joan Ferrés.

Competencia mediática.  Investigación sobre el grado de competencia de la ciudadanía en España, es el producto de estos años de trabajo en el que participamos 17 universidades de las diferentes Comunidades Autónomas.

Toda investigación arranca de unas hipótesis, que con frecuencia se encuentran dentro del  llamado “sentido común”. Intuíamos que la alfabetización de los ciudadanos y ciudadanas españoles era escasa, pero no tanto.

¿Por qué nuestro interés en realizar este estudio?

– Porque la educación mediática no ha tenido presencia relevante en los currículos escolares, ni en el plan de estudios universitarios, ni en los propios medios, ni en la sociedad.

– Porque estas competencias no se evalúan porque no se enseñan.

– Porque no es posible una evaluación eficaz si no definimos estas competencias, así como sus conocimientos, habilidades y destrezas para obtenerlas.

– Porque las instituciones políticas en coordinación con la educación, los medios y las familias no proponen medidas eficaces de formación, producción y difusión que favorezcan la alfabetización digital de los ciudadanos.

El estudio publicado (enlace) aplicó un cuestionario con 27 preguntas a 6.260 personas, cada comunidad autónoma, según la media ponderada exigida, lo aplicó a 400, lo que supone una muestra representativa. Este cuestionario abarcó “La competencia mediática: propuesta de dimensiones e indicadores”  

Resultado: el 95,4% de la ciudadanía española suspende. O dicho de otro modo, el aprobado no llega al 5%, con muy poco cambios entre mujeres 95,1% suspensos, y hombres con una 95,8%.

Estos datos merecen un breve destacado:

• Existe un gran desconocimiento sobre la influencia que puede tener un mensaje digital, aunque la mayoría opina que a los demás sí que les afectan. A esto denominamos como ilusión de invulnerabilidad.
•  De las dimensiones, una que apenas se percibe cuando se mira u observa un mensaje audiovisual es la ideología y los valores.
•  Se desconocen las interacciones entre las pantallas y el cerebro emocional con su entorno inconsciente.

¿Y ahora qué?

• La educación mediática debe estar presente en todas las disciplinas de todos los niveles y etapas educativos, con mecanismos de evaluación eficientes, que potencien un cambio comunicativo en las aulas.
•  Como señala el Parlamento Europeo (2008), educación mediática no solo para menores, también para adultos y tercera edad.
• Una educación mediática que contemple   necesariamente las seis dimensiones: lenguaje, tecnología, ideología y valores, producción y programación, recepción y audiencias, finalmente, estética.
• Las competencias digitales exigen competencias emocionales.
• Atención especial a los padres y madres de familia que deben formar el triángulo de la educación mediática con la escuela y los propios medios.

Martin Scorsese, uno de los grandes directores, nos da una lección de educación mediática. Algunos seguidores y una consulta de edutopia me han invitado a enriquecer este post.

 Pero parece que no existe voluntad política, pues en la medida que dispongan de una sociedad acrítica y adocenada, dispondrán de su control.