Aprendizaje colaborativo y MOOCs ¿Es posible?

 

Señala la Wikipedia, aunque el concepto admite diferentes acepciones y enfoques, que los MOOC (acrónimo en inglés de massive open online course),traducido al español son cursos en línea masivos y abiertos. Por tanto, con una estructura para el aprendizaje y unas pruebas de evaluación y/o acreditación; con carácter masivo, número inicialmente ilimitado de inscritos; en línea, a distancia, con internet como medio de comunicación; abierto, con los materiales, contenidos accesibles para todos en Internet.

Esta pieza audiovisual  es una  visión tecno-utópica, en mi opinión, bastante distante de la realidad.  La mayoría de estos cursos responden  a potentes  campañas de marketing de las propias agencias de los MOOC.  Difunden informes de los cursos y los avalan con artículos financiados  por las empresas y corporaciones corporativizadas en algunas universidades,  donde se presentan como la tendencia y el presente-futuro más prometedor del e-Learning.  Como se recoge en Redes abiertas, algunos ejemplos los tenemos con  Coursera, en su sección “Our Vision”, que los describen como “imaginar un futuro en el que todos tengan acceso a una educación, en una clase mundial, que ha estado hasta ahora disponible para unos pocos elegidos.”  Lo que algunos llaman una “MacDonalización”  del e-Learning. Grandes corporaciones empresariales y financieras como McAfee y General Electric,Telefónica o el Santander están invirtiendo  en este modelo de educación, incluso en  prestigiosas universidades privadas como Stanford, el MIT y Harvard.

Nos preguntamos, además de invertir ¿realizan un diseño pedagógico y comunicativo del curso? ¿evalúan los procesos y los resultados? ¿quién decide los criterios pedagógicos, técnicos, interactivos?

Stephen Downes plantea cuatro principios para el diseño y evaluación para que una red de conocimiento y aprendizaje virtual funcione. Con un conocimiento como forma de conexión y aprendizaje, con unas conexiones que mutan y progresan, lo que garantiza el conocimiento:

  • Autonomía

Como capacidad de decidir y elegir la mejor opción para una aplicacion concreta, que puede asumir restricciones y que es coherente con los intereses y necesidades de los participantes.

  •  Diversidad.

La composición de una red es diversa con personas diferentes y  mentalidades distintas. Cada uno llega desde un modo de entender el mundo. Existe la  tendencia a la afinidad (asociación), pero también existe el agrupamiento por aspectos dispares que también pueden conectarse y producir riqueza. Diversidad de contenidos, metodologías, dinámicas, interacciones.

  • Apertura.

Diferentes clases de apertura (contenidos, espacios, evaluación…) con diferentes etapas (progresión…) Redes abiertas y modos de organizarse, no grupos, sino agrupamientos en redes (fluidas, conectadas, interactivas…).La red como sujeto de agrupamiento y flujo de aportes, retroalimentación, plasticidad…

  •  Interactividad.

Bedoya (2007) la entiende “como la capacidad del receptor para controlar un mensaje no-lineal hasta el grado marcado por el diseñado por el emisor, dentro de los límites del sistema del medio de comunicación asincrónico”  Conocimiento emergente y reticular, que crece en redes de interacción, con diferentes grados y formas  de observación y participación.

Es hora de separar  el concepto de “aprendizaje” igual a “título” o acreditación. El diseño pedagógico, la concreción de unos escenarios de aprendizaje colaborativo y la fundamentación de unos criterios de co-evaluación son imprescindibles para que hablemos de CSCL (Computer-supported collaborative learning),  aprendizaje colaborativo mediado por ordenador.

Varias universidades españolas y europeas nos encontramos ahora  en este proceso de creación. Elaboramos el diseño pedagógico para el proyecto europeo ECO (Elearning Communication Open-Data). No es fácil vertebrar diferentes mentalidades, enfoques y planteamientos, pero consideramos esencial integrar una secuencia de concreciones que recoja  los principios del aprendizaje colaborativo y la base y estructura rizomática que hemos desarrollado en lo venimos denominando Factor Relacional, uniendo las potencialidades del ámbito de la salud, educación y comunicación, y creando plataformas colaborativas como TRICLab.

Expertos ingenieros y físicos afirman  que el futuro está en el grafeno. Se sabe que la interacción grafeno-substrato tiene su origen en las cargas eléctricas atrapadas en el substrato, la cuales generan un campo eléctrico suficientemente intenso como para modificar localmente a escala atómica las propiedades electrónicas del grafeno. Su capacidad de interacción es una lección más del componente holístico, tanto para la educación como para la comunicación.

 

José Antonio Gabelas
José Antonio Gabelas-Barroso. Profesor titular de la Universidad de Zaragoza. Creador del Factor Relacional y las TRIC (Tecnologías de la Relación, Información y Comunicación).

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3 COMENTARIOS

  1. Respondo a la pregunta que se plantea en la entrada del blog con un sí rotundo. Los MOOCs ofrecen una experiencia de aprendizaje social, compartido y colaborativo desde el minuto 1 independientemente de la plataforma que se use. Si es cierto que Coursera y Udacity están orientadas hacia la mercantilización del mercado y se han abierto a empresas privadas que les inyectan ingentes cantidades de dinero, pero en el caso de Coursera y en palabras de una de sus fundadoras, Daphne Koller, en una charla en Ted en junio de 2012, “desde que abrimos el sitio Web en febrero, hemos tenido 640 000 estudiantes de 190 países. Tenemos 1,5 millones de matrículas, 6 millones de exámenes en los 15 cursos impartidos y se han visto 14 millones de videos”. Otras universidades han apostado por difundir el conocimiento que atesoran sin ánimo de lucro como es el caso de edX o en España de UNED COMA.

    La gente quiere formación y contenidos que sean de calidad y que sean accesibles. No hay mejor forma de hacerlo que abriendo el conocimiento que atesoran las universidades y hacer que cualquier persona pueda acceder a él.

    En todos las plataformas existe un lugar de encuentro donde la comunidad puede encontrarse, aclarar sus dudas, ampliar los conocimientos, lanzar preguntas, aportar materiales, enriqueciendo así el proceso de enseñanza-aprendizaje. De igual manera, en algunas plataformas existe la opción de crear wikis donde cualquier miembro del curso puede aportar, editar, incluso configurar las páginas.

    Hay que tener en cuenta que en esta nueva metodología, los docentes no forman parte activa del proceso. No son la cara visible como en una clase presencial o en los cursos virtuales que estamos habituados a realizar, por lo que el aprendizaje colaborativo cobra una parte fundamental ya no solo en el foro del curso sino en las propias actividades. En un alto porcentaje de los MOOCs nos encontramos con actividades entre pares y el feedback recibido por parte de los compañeros sirve para modificar nuestra actividad y poderla enriquecer.

    Con todo lo expuesto creo que sí, que los MOOCs y el aprendizaje colaborativo es algo más que posible 😉

    Un abrazo,
    Elena

    • Gracias Elena por tus comentarios. Es cierto que el docente no tiene la relevancia que debe tener el estudiante, pero el diseño del curso es un previo esencial que decide parte de los procesos que se producen. Aunque no existe demasiada sensibilidad en los “grandes” MOOC en los procesos, pues se centran en los resultados. Por eso la obsesión dominante por el absentismo de estos cursos que es muy alto, sin tener el cuenta que este factor forma parte de la diversidad de sus participantes, así como de sus intereses…
      Un abrazo

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