Las alfabetizaciones múltiples son una necesidad y un reto. Incluyen lo viral, esa tormenta de mensajes que se transmiten de modo masivo por internet y las redes con una importante carga emocional. En el post anterior analizamos la posverdad, (fakes news), eufemismo de la mentira.
Mientras escribimos esta entrada avistamos en los titulares y portadas la “Ballena azul”, un juego online asociado a diferentes suicidios y que ha levantado la alarma social. Claro ejemplo de mensaje viral que comienza a finales de enero en Kirguistán, cruza a finales de febrero la órbita de los medios de comunicación rusos y llega al británico Daily Man con la noticia “adolescentes rusos cometen suicidio como parte de un juego extraño en redes sociales llamado Ballena azul, dice la policía”
Una vez más, la prensa emplea los ingredientes para generar alarma, como indica El País : uso de fuente oficial, redes sociales, víctimas genéricas, incidencia en la sospecha. La serie “13 razones” centrada en el suicidio juvenil de Netflix, propagará y amplificará esta onda viral.
Escribiendo estas líneas recordamos el caso del asesino de la catana. En la primavera del 2000, un individuo de 16 años cometió un triple crimen, mató con una katana a toda su familia, padre, madre y a su hermana pequeña con síndrome de down. Como era aficionado a los videojuegos, y la noche anterior había estado jugando al Final Fantasy VIII, las portadas y titulares de los medios culparon a los videojuegos de sus actos.
Así es como lo contaron los medios. Luego se supo que se debía a múltiples trastornos de su personalidad. Y 17 años después la sentencia condena a José Rabadán a 6 años de internamiento en un centro terapeútico y cuatro años de libertad vigilada
¿Una ciudadanía alfabetizada aceptaría esta prensa sensacionalista y alarmista?
La educación mediática analiza y cuestiona. Observemos las tres famosas “S” (sexo, sangre y sensacionalismo) que aparecen en la telebasura, y son clonadas, en múltiples soportes, también subgéneros y formatos, y en un rápido contagio viral, añadiendo el humor grueso.
Se produce una deriva hacia temas del ámbito de lo íntimo, lo secreto, o tabú, reflejando un desplazamiento y una dilución de las fronteras entre lo público y lo privado.
¿Qué es el morbo, sino una exacerbación del ver, un complacerse y también un jugar con él (con el deseo, la espera) y con la fascinación por lo no visto (lo prohibido), hasta caer en una mirada perversa? Se pregunta Imbert
Como práctica comunicativa, la telebasura denota una degradación de la categoría de lo informativo: la utilización de técnicas y géneros periodísticos con fines espectaculares, mediante dramatización o trivialización; la producción de una actualidad paralela a la actualidad “objetiva”.
5 claves aporta la telerrealidad al contenido viral.
- Relatos próximos a personas reales: (anónimas o populares). Las historias o hechos cuentan a cámara una determinada parte de su vida cotidiana. Son experiencias y sentimientos generalmente íntimos.
- Obsesión por la apariencia de realidad: cuentan historias verdaderas que tienen que parecer reales. Con un relato creíble, siguiendo unos criterios de selección de perfiles, lejanos a lo común y corriente. Se busca que “den a cámara”. La televisión de la gente normal aburre a la audiencia.
- La espectacularidad: hiperconstrucción de la realidad “que enriquece y distorsiona la experiencia…recurre al misterio y la comicidad…el factor sorpresa es siempre testigo de algo inédito”. Contribuyen los efectos especiales, decorados, reconstrucciones grabadas, posproducción.
- Voyeurismo televisivo: “Una visibilización a ultranza de la intimidad” (Imbert). Sin límites, cuanto más real y transparente parezca mejor. Sexo, polémica, penas, protagonizan los hechos. Una plató amplificado que vende minutos de gloria para vivir una emoción.
- Redes sociales: con plataformas sobre las cuales el programa se construye y modifica. La televisión en su convergencia mediática dispone de una esfera digital muy dinámica: se vuelcan los contenidos y se genera una espiral y un aura, alrededor de la cual las audiencias activas y semi-activas interaccionan. Un comentario en twitter o un whatsapp, externos al programa, pueden destruir el trono de un concursante o desterrar a un pretendiente acusado de infiel.