La educación mediática llega a las aulas de periodismo

Foto Ana Mancho

En este curso que termina se ha impartido por primera vez en la Universidad de Zaragoza, la asignatura “Comunicación y educación mediática”. Ha sido una de las optativas para  los cursos tercero y cuarto de periodismo. La asignatura se ha impartido desde el modelo TRIC (Tecnologías de la Relación, Información y Comunicación), que el grupo GICID (Grupo de Investigación de Comunicación e Información Digital) lleva 15 años investigando, liderado por la profesora Marta-Lazo y quien escribe estas líneas.

Presentamos con este artículo una serie con tres piezas que recogerá el testimonio de tres grupos de estudiantes, donde explicarán lo que ha significado para ellos experimentar esta asignatura, cuyo desenlace ha sido la creación de un proyecto transferible a la sociedad y al aula.  Los tres proyectos son:

1: “IA en el mundo laboral: ¿aliada o amenaza” de Alicia Carnicer Salvo y Cristina Martín Miguel.

2: “Proyecto Reconecta: Tecnología con corazón para la tercera edad”, de Carla Pascual Suelves, Sara Villalba Meréndez y Elisa Pueyo Labrador.

3: “TRIC, educación mediática e inclusión, una experiencia transformadora”, de Mario Cerdán Pueyo y Julia Zaratiegui Andrés.

 

La IA en el mundo laboral: ¿aliada o amenaza?

Alicia Carnicer Salvo y Cristina Martín Miguel

En la asignatura de Comunicación y Educación Mediática, impartida por José Antonio Gabelas, desarrollamos un trabajo de temática libre. Optamos por centrarnos en “La IA en el mundo laboral: ¿aliada o amenaza?”, con el objetivo de analizar si su incorporación en la vida diaria supone una oportunidad para la mejora e innovación o, por el contrario, es una amenaza significativa para nuestro empleo.

La Inteligencia Artificial (IA), al igual que la humana, es un concepto complejo de definir, ya que aún no existe una definición formal y universalmente aceptada. Su término fue acuñado por John McCarthy en 1956 durante la Conferencia de Dartmouth, evento que reunió a los mejores científicos de la época para discutir la posibilidad de crear una máquina capaz de pensar como un ser humano. Actualmente es considerado el “padre de la inteligencia artificial”.

Tras los grandes avances en Inteligencia Artificial, son varios los campos que han sabido sacar provecho de ella (salud, economía, educación, etc.). Tras reflexionar sobre las oportunidades y amenazas que presenta, consideramos que la IA es un aliado cuando se usa con responsabilidad y se pone al servicio del bienestar común, sin embargo, puede suponer una amenaza cuando se usa como un arma para atacar y cuando nos hace depender tanto de ella que dejamos de pensar, de cuestionar o de aprender por nosotros mismos. Además, nos pareció interesante estudiar el papel de las TRIC y cómo son capaces de potenciar las nuevas tendencias tecnológicas creadas a partir de la Inteligencia Artificial.

Las TRIC, al centrarse en la interacción por parte de los prosumers y de la recolección masiva de datos relacionales y comunicativos, consiguen desarrollar las tendencias propias de la Inteligencia Artificial. Su gestión de la información a grandes volúmenes se realiza en tiempo real y supone un gran ventaja a la hora de crear relaciones entre los usuarios y la tecnología. Algunos de los procesos que se generan a través de las TRIC y fomentan la producción de la IA son la automatización, la personalización y el Big Data relacional.

  • Automatización: La inteligencia artificial (IA) permite realizar tareas antes exclusivas de los humanos, como responder consultas o filtrar candidatos. Algunos ejemplos de ello son los Chatbots, los sistemas de selección personal o la educación online.
  • Personalización: Las TRIC (Tecnologías de la Relación, Información y Comunicación) recogen datos del usuario para ofrecerle contenidos ajustados a sus gustos y necesidades. Algunos ejemplos de ello serían diferentes plataformas como Netflix o Spotify, el uso de marketing digital para generar anuncios basados en gustos o la educación personalizada.
  • Big Data relacional: La IA analiza grandes volúmenes de datos generados por los usuarios para identificar patrones, emociones y tendencias a través del análisis de sentimientos (ajustar campañas según la reacción emocional del público) o de prevención de riesgos laborales y gestión del talento (la IA es capaz de detectar situaciones de estrés o acoso en entornos laborales).

La transición de TIC a TRIC pone el foco en la relación ética entre tecnología y personas. En cuanto a las relaciones laborales, se gana en eficiencia y flexibilidad (como con el teletrabajo), pero surgen preocupaciones sobre vigilancia, pérdida de humanidad y desigualdad, ya que no todos los trabajadores se adaptan por igual, lo que amplía la brecha en competencias digitales y relacionales.

Gabelas y Marta-Lazo defienden que el verdadero valor de la tecnología reside en la participación activa y en la conciencia crítica.  Las relaciones laborales y la comunicación deben guiarse por puntos éticos y relacionales de la tecnología, fomentando que no se elimine la dimensión humana del trabajo. Las TRIC nos recuerdan que los protagonistas deben seguir siendo las personas, no los algoritmos.

Para poder difundir el mensaje de este proyecto decidimos crear una cuenta de Instagram, @trabajaconia. Nuestro objetivo principal se basa en acercar al público a este tema de interés general que parece que se ha convertido en un tabú. Su formato permite que sea un método interactivo para que los seguidores de la cuenta puedan participar en debates, puedan responder preguntas de interés, consumir publicaciones que resuelven las principales dudas e incluso participar en Quiz. Esta metodología permite la interacción por parte del público que se convierte en un prosumidor que es capaz de generar contenido en nuestra plataforma a través de sus opiniones y cuestiones.

Proyecto “Reconecta”: Tecnología con corazón para la tercera edad

Carla Pascual Suelves, Sara Villalba Meréndez y Elisa Pueyo Labrador.

En una sociedad cada vez más digitalizada, las personas mayores a menudo se ven excluidas de la revolución tecnológica. Esto no solo implica dificultades para acceder a información o servicios, sino que también puede agravar problemas como la soledad, la exclusión social y la brecha digital. Ante este escenario, RECONECTA nace como una propuesta innovadora para transformar la forma en que las personas mayores se relacionan con la tecnología y con el mundo que las rodea.

La primera pregunta que nos planteamos fue: ¿cómo pueden las TRIC mejorar la alfabetización mediática en la tercera edad y reducir la brecha digital? Durante semanas de investigación, diseño y reflexión, descubrimos que la clave no está solo en acercar la tecnología, sino en humanizarla. Su propósito es empoderar a las personas mayores a través de una app personalizada y un taller intergeneracional, todo con un enfoque emocional y práctico que promueve la interacción y el aprendizaje colaborativo. El proyecto busca no solo enseñar el uso de la tecnología, sino que también crea una comunidad digital donde las personas mayores puedan sentirse acompañadas, conectadas y activas en la era digital.

La importancia de las TRIC en la tercera edad

En nuestro proyecto, no solo nos centramos en el acceso a dispositivos digitales, sino que vamos más allá al incorporar las TRIC (Tecnologías Relacionales, Interactivas y Creativas). Estas tecnologías buscan fomentar una relación activa entre los mayores, la tecnología y su entorno social. A través de las TRIC, promovemos el valor Relacional, expresivo, tecnológico y social de los participantes, ayudándoles a superar la brecha digital y, más importante aún, a ser capaces de comunicarse con confianza y autonomía.

Es aquí donde entra en juego un concepto fundamental: el Factor Relacional. Este factor, según Gabelas-Barroso y Marta-Lazo (2020), se refiere a cómo las tecnologías no solo transmiten información, sino que también pueden contribuir al desarrollo social y emocional de las personas. Las TRIC tienen el potencial de crear puentes entre las generaciones, fortalecer los lazos sociales y, sobre todo, mejorar la calidad de vida emocional de las personas mayores.

A través de RECONECTA, buscamos fomentar estas tres dimensiones al mismo tiempo. No solo enseñamos a usar la tecnología, sino que promovemos un espacio en el que las personas mayores puedan interactuar entre sí, compartir experiencias y sentirse parte activa de una comunidad.

Intermetodología: un enfoque integral

Para asegurar que RECONECTA tuviera un impacto real, decidimos adoptar un enfoque intermetodológico, es decir, un modelo que combina diferentes metodologías activas para lograr un aprendizaje significativo y participativo.

En el caso de RECONECTA, aplicamos este enfoque mediante dinámicas de grupo, actividades interactivas y el uso de aplicaciones y dispositivos electrónicos, todo diseñado para desarrollar competencias tanto cognitivas como sociales y emocionales. A través de este enfoque, buscamos que los participantes no solo aprendan a usar tecnología, sino que también desarrollen actitudes de respeto y empatía hacia otros.

El proceso de aprendizaje en RECONECTA se distribuye en varias dimensiones:

  1. Dimensión instrumental: El uso de herramientas tecnológicas (como aplicaciones y dispositivos) para lograr los objetivos del proyecto.
  2. Dimensión cognitiva: La adquisición de competencias para procesar y distribuir información de manera útil.
  3. Dimensión actitudinal: La promoción de actitudes respetuosas y empáticas en las interacciones online.
  4. Dimensión axiológica: El fomento de una alfabetización crítica, que permita a los participantes cuestionar la información que reciben y distinguir la desinformación.
  5. Dimensión investigadora: La creación de espacios donde los participantes puedan aprender de manera activa y colaborativa, experimentando con la tecnología de forma práctica.
  6. Dimensión emprendedora: Fomentar la creatividad, la toma de decisiones y la iniciativa entre los participantes, motivándolos a convertirse en protagonistas de su propio proceso de aprendizaje.

Desarrollo del Proyecto: Aplicación RECONECTA y Talleres Intergeneracionales

La aplicación RECONECTA está diseñada para apoyar a las personas mayores en su alfabetización digital y mediática, con una interfaz accesible y adaptada a sus necesidades. Incluye una encuesta inicial para personalizar la experiencia, una encuesta diaria que permite el seguimiento de su salud, y una pantalla inicial con iconos grandes y fáciles de navegar. Entre las herramientas destacadas se encuentran un asistente virtual para resolver dudas, un botón de emergencia para contactar con familiares, y una serie de funcionalidades como alarmas, seguimiento de salud, grupos de interés y juegos. Además, se fomenta la participación a través de retos del día y consejos diarios adaptados al usuario, además de acumular puntos y recompensas simbólicas para motivar el uso continuo.

El proyecto también incluye un taller de seis sesiones progresivas, que abordan desde la desconexión tecnológica hasta el uso práctico de la app. Uno de los momentos clave del proyecto fue la prueba piloto de la dinámica «¿Y tú qué harías?«, realizada con tres mujeres mayores. A través de tres preguntas y situaciones relacionadas con la desinformación, ellas (junto a nosotras) debatieron, reflexionaron y compartieron sus vivencias. La experiencia fue profundamente reveladora: el simple hecho de sentirse escuchadas y valoradas transformó la sesión en algo más que una actividad educativa; se convirtió en un espacio de confianza y aprendizaje mutuo. Vídeo de la fase piloto.

Al final de nuestro proceso, RECONECTA nos ha demostrado que las personas mayores no solo pueden adaptarse a la tecnología, sino que también pueden aprovecharla para mejorar su calidad de vida, combatir la soledad y reducir la brecha digital. Pero, para lograrlo, es esencial que este proceso se enfoque de manera integral, teniendo en cuenta tanto el aspecto técnico como el humano.

El Factor Relacional ha sido clave para garantizar que las tecnologías no sean solo herramientas, sino que se conviertan en catalizadores de conexión social y crecimiento emocional. Gracias a este enfoque, las personas mayores no solo aprenden a usar la tecnología, sino que se sienten parte de una comunidad, y su relación con la tecnología se transforma en una experiencia enriquecedora.

También hay que destacar las metodologías activas como la gamificación, el role playing y el aprendizaje basado en problemas, ya que son clave para hacer el aprendizaje más interactivo y efectivo. La gamificación motiva a los usuarios a través de juegos, el role playing permite practicar situaciones reales y el aprendizaje basado en problemas fomenta el trabajo en equipo y la resolución de desafíos cotidianos. Estas metodologías refuerzan la confianza y la autonomía de los participantes, creando una experiencia de aprendizaje más dinámica y accesible.

En resumen, RECONECTA es una invitación a repensar el papel de las tecnologías en la vida de las personas mayores, no solo como herramientas para acceder a información, sino como instrumentos que pueden mejorar la interacción social, la alfabetización mediática y el bienestar emocional. Con este proyecto, estamos contribuyendo a una sociedad más justa e inclusiva, donde todos, independientemente de su edad, tienen acceso al conocimiento, a la tecnología y a las oportunidades de desarrollo que ofrece el mundo digital. Además de reivindicar, como estudiantes de periodismo, la importancia de la alfabetización mediática y la educomunicación para avanzar en una sociedad más informada, crítica y creativa.

Infografía de Sheila Peñalva

TRIC, educación mediática e inclusión: una experiencia transformadora

Mario Cerdán Pueyo y Julia Zaratiegui Andrés.

En un mundo cada vez más interconectado, comprender, crear y utilizar los medios de forma crítica y participativa ya no es una opción, sino una necesidad. Nuestra experiencia con la educación mediática y las Tecnologías de la Relación, la Información y la Comunicación (TRIC) ha sido más que un proyecto académico: ha sido un proceso de descubrimiento personal, colectivo y pedagógico, que ha transformado nuestra forma de entender la educación y su potencial de transformación social.

Desde el inicio, comprendimos que las TRIC no son simplemente una evolución técnica de las TIC, sino una forma diferente de concebir la tecnología, donde lo relacional, lo social y lo educativo se entrelazan, pudiéndolo llevar a cabo. A lo largo del curso hemos explorado cómo estas tecnologías, cuando se aplican desde un enfoque educomunicativo, generan aprendizajes significativos, fomentan el pensamiento crítico y, sobre todo, construyen comunidad. Este fue el espíritu que condujo nuestro trabajo sobre educación mediática e inclusión, centrado en cómo la tecnología y la inteligencia artificial pueden mejorar la vida de niños con discapacidad.

Una mirada educomunicativa

El modelo educomunicativo que hemos trabajado va más allá de una metodología didáctica. Es una filosofía educativa que entiende que todos somos emisores y receptores (EMIREC), y que la educación debe basarse en el diálogo, la participación y la transformación social. Este enfoque fue fundamental en la elaboración del reportaje que realizamos en el colegio Carmelitas Vedruna FEC de Pamplona, donde observamos cómo la tecnología puede convertirse en una herramienta de inclusión real en contextos escolares diversos.

Aplicamos un enfoque sistémico, entendido como la capacidad de analizar la realidad teniendo en cuenta los múltiples factores interrelacionados que la conforman. Así, no sólo nos centramos en las herramientas tecnológicas, sino en los contextos educativos, las políticas públicas, la formación docente, las actitudes sociales hacia la discapacidad y la brecha digital.

Las TRIC como motor de inclusión

Durante el desarrollo del trabajo, constatamos cómo las TRIC están revolucionando los procesos de enseñanza-aprendizaje. A diferencia de las TIC tradicionales, centradas en la transmisión de información, las TRIC incorporan dimensiones relacionales, emocionales y sociales. Nos permitió comprender que enseñar con tecnología no es poner una tablet en manos del alumnado, sino crear entornos en los que todos los niños (incluidos aquellos con diversidad funcional) puedan participar, expresarse y aprender de forma significativa.

Vimos ejemplos como el uso de la realidad aumentada y la realidad virtual para simular situaciones cotidianas (por ejemplo, ir al supermercado o cruzar una calle), permitiendo a los niños ensayar habilidades en entornos seguros. Conocimos aplicaciones como Pictogram Room, que ayudan a niños con autismo a reconocer emociones y adquirir autonomía. Exploramos cómo plataformas como Padlet o Google Classroom pueden facilitar el aprendizaje colaborativo incluso para quienes tienen dificultades motoras o comunicativas.

Tecnología con sentido, ética y criterio

Una parte clave de nuestra experiencia fue la toma de conciencia crítica sobre la información en la era digital. Trabajamos con conceptos como desinformación, fake news, sesgos cognitivos y polarización, entendiendo cómo los algoritmos no son neutros y cómo pueden perpetuar desigualdades. Aprendimos a evaluar fuentes, a crear mensajes responsables y a analizar el contexto de la información. Esto es especialmente relevante cuando se trabaja con colectivos vulnerables, donde la sobreinformación o el desconocimiento pueden generar exclusión.

El papel de la IA ha sido otro de los ejes del curso. Reconocimos sus enormes posibilidades, pero también sus riesgos. Frente a un discurso que muchas veces idealiza la inteligencia artificial, nos preguntamos: ¿quién programa los algoritmos? ¿Qué sesgos arrastran? ¿Estamos preparados para usar estas herramientas de forma justa y equitativa en el aula? Nuestra postura fue clara: la tecnología debe estar al servicio de las personas, y no al revés. Por eso, insistimos en la necesidad de una alfabetización mediática crítica y ética, tanto para docentes como para estudiantes.

Una metodología activa y significativa

Este trabajo no se limitó a una recopilación teórica, sino que aplicamos metodologías activas como el aprendizaje basado en problemas, el aprendizaje situado y la pedagogía crítica. Nuestra visita a las aulas UT e Isterria del colegio Vedruna fue un ejemplo de ello. Pudimos ver cómo la tecnología, bien integrada, no solo facilita el aprendizaje, sino que potencia la autoestima, la autonomía y la participación social de los alumnos.

El análisis DAFO que elaboramos mostró con claridad los desafíos del proceso: la falta de formación docente, la desigualdad en el acceso, la resistencia al cambio… pero también las enormes oportunidades: el desarrollo continuo de nuevas tecnologías, las políticas públicas en favor de la inclusión, y sobre todo, la motivación de los educadores que creen en una escuela para todos.

Conclusión: educar para transformar

A lo largo de este trabajo, hemos confirmado que las TRIC y la educación mediática no son contenidos complementarios, sino fundamentales para la escuela del presente y del futuro. Nos han permitido desarrollar competencias clave como la colaboración, la empatía, la creatividad y el pensamiento crítico. Pero, sobre todo, nos han hecho conscientes del poder transformador de la educación cuando se plantea desde la inclusión, la tecnología con sentido y la participación activa de toda la comunidad educativa.

Nuestra experiencia con las TRIC ha sido, en definitiva, un proceso de empoderamiento. Como futuros educadores, salimos de este proyecto con la certeza de que otra escuela es posible: una escuela donde todos los niños, sin importar sus capacidades, puedan aprender, crear y ser felices; una escuela donde la tecnología no sea un fin, sino un medio para construir una sociedad más justa, equitativa y humana.

José Antonio Gabelas
José Antonio Gabelas
José Antonio Gabelas-Barroso. Profesor titular de la Universidad de Zaragoza. Creador del Factor Relacional y las TRIC (Tecnologías de la Relación, Información y Comunicación).

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