Vigilancia y control: estar, es ser vigilado.

Facebook localiza tus fotos, crea recreaciones virtuales y aplica el sistema DeepFace’ con análisis estadísticos. Señala Lucía Caballero en El Mundo  que por este motivo “intuye quiénes son las personas que te acompañan en la instantánea y te sugiere etiquetas. Los investigadores que lo desarrollan han entrenado los algoritmos con las caras de millones de fotografías de la base de datos Labeled Faces in the Wild (LFW). El programa acertó con la identidad de las personas que aparecían en el 97,35% de los casos.”

Facebook, una vez más, y sin nuestra autorización, dispone de los datos que conforma nuestro aspecto físico. Mientras escribo estas líneas leo  que reconoce que ha rastreado “por error” a usuarios ajenos a la red social. Este reconocimiento es una respuesta al informe encargado por la Comisión para la Protección de la Privacidad de Bélgica y publicado la semana pasada, en el que se acusa a la compañía de incumplir la directiva europea de protección de datos.

Me siento cerca del artista Sterling Crispi que expresa su preocupación por el excesivo y agresivo avance de la tecnología de la vigilancia. En humanizar la tecnología explicamos como el espacio doméstico reúne un conjunto de rincones de ver y jugar en nuestro propio hogar. El espacio público puede ser compartido o no con la familia, pero expuesto a la mirada global, en todas y cada una de nuestras pantallas, por eso hablamos de habitaciones de cristal.

Esas habitaciones de cristal ahora son ubicuas y móviles, nuestra huella deja huella allá donde vamos, hagamos lo que hagamos. Sabemos que la publicidad contextual se alimenta del registro historial de búsquedas del usuario para ofrecerle información, servicios, productos. Nuestra actividad es observada en internet

En ¿quién observa lo que consultas por Internet?  Kaspersky Lab ofrece una serie de sencillos consejos para ayudarte :

• Cambia los ajustes del navegador. Puedes desactivar la opción de seguimiento directamente. De este modo, el navegador notificará a la fuente web que no deseas compartir tus datos. Su eficacia es discutible ya que muchos sitios ignoran la indicación de no realizar seguimiento.
• Desactiva la instalación automática y activa el bloqueo de sitios web sospechosos y pop-ups. También conviene tener activada la verificación obligatoria del certificado SSL.
• Bloquea las cookies de terceros que pertenecen a redes de anuncios. Sin embargo, estas redes, con la ayuda de algunos trucos pueden transferir las cookies de origen, que son necesarias para iniciar sesión.
• Usa la navegación privada que te ofrece tu navegador: al cerrarlo, todos los datos se eliminarán con lo que el seguimiento será más difícil.
• Sin olvidar limpiar la caché de tu ordenador y decir o a los paneles de búsqueda, que te aparezcan en los ayudantes o extensiones para instalar el navegador.

Como señala Angela Bernando el uso de los “me gusta” ofrecen más información de la que pensamos.  Según un estudio publicado en la prestigiosa revista PNAS, podían asociarse elementos clave de nuestra personalidad con nuestros gustos en esta red social, lo que permitiría un “rastreo” bastante sencillo de nuestros datos privados.

¿Merece le pena ser cobayas de las redes sociales corporativas en general y de FB en particular?