Control parental versus ubicuidad

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La investigación sobre la tecnología móvil admite, en nuestra opinión, dos lecturas. La que considera el entorno móvil como algo secundario, que complementa el análisis ( publicidad, educación sociedad); y la que se entiende la movilidad como un nuevo entorno que condiciona el contexto y el objeto de estudio. Optaremos por la segunda visión. Veamos como la era del consumo estático quedó atrás porque la ubicuidad descentra el espacio y el tiempo hacia este entorno líquido.

El último informe de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación sobre el uso de Internet en 2013 despeja una interesante relación entre los nuevos hábitos de consumo en España y el control que los padres ejercen -o intentan ejercer- sobre el uso de la Red por parte de sus hijos.

El informe, elaborado mediante encuesta, con más de 25.000 cuesti0narios, señala que un 48% de las familias españolas con hijos menores de 14 años controla de alguna forma el uso que hacen de Internet. Ese control se materializa en programas de filtro o en restricción de horarios y revisiones del historial. Por el contrario, el 55% de las familias prefiere dejar a sus hijos que naveguen con toda la libertad del mundo.

El dato es muy revelador porque, si lo comparamos con el del mismo informe de 2011, se observa un incremento de casi 10 puntos en el porcentaje de familias concienciadas (o atemorizadas) acerca de los peligros de Internet.

Control Parental 1

 

Fuente: AIMC (El cuestionario de 2012 no incluyó esta pregunta)

En otro estudio de 2011 elaborado por el Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación y por Orange se señalaba que los padres temen “que su hijo acceda a contenidos inapropiados (37,8%), que contacte con desconocidos (20,5%), y que incurra en un gasto excesivo (12,3%)”.

Sorprende echar la vista atrás y comprobar que en una investigación de 2008 descubrimos que, por aquel entonces, los padres pensaban “que el principal uso que sus hijos hacen de Internet es para la elaboración de tareas escolares mientras que las opciones para el ocio quedan más reducidas”.

Pese que los peligros están ahí y son reales, cabe cuestionarse la eficacia del control parental. Gracias a una investigación del Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación sabemos que antes de 2011 los menores de edad accedían a los smartphone con 13 años y que “los menores utilizan el smartphone mayoritariamente solos (80,3%)”. Añadamos que un reciente informe de Tuenti Móvil e IPSOS indica que “el 84% de los jóvenes españoles se conecta a Internet desde el móvil” (Radiografía Tuenti Móvil – IPSOS sobre hábitos de uso y conexión a Internet en el móvil entre los jóvenes en España (2014) . Aquí hemos ofrecido un par de referencias, pero ésta es una realidad que se hace patente con tan solo salir a la calle.

¿Es el móvil el dispositivo principal para conectarse a Internet? Todavía no. AIMC observa que ese puesto lo sigue coronando el ordenador, pero la tendencia nos indica que en unos años la foto podría ser otra. En 2012, el 10,1% de los encuestados accedía a Internet principalmente con el móvil. En un sólo año, ese porcentaje ha escalado hasta el 17%.

En consecuencia, también crece el tiempo diario que invertimos en Internet a través de la pequeña pantalla.

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Fuente: AIMC

Esta cascada de información refleja que el uso que hacemos de Internet es cada vez más ubicuo e individualizado. Con un terminal personal y privado por persona, por una ventana por cada espectador, ¿quién marca las líneas rojas de la navegación?

Operadores como Movistar ofrecen desde hace años su servicio de control parental Canguro Net , pero la experiencia nos dice que los jóvenes siempre encuentran una forma de saltarse los controles, en virtud de esa emocionante máxima por la cual lo prohibido es siempre más tentador que lo permitido. Y el imparable universo de las Apps lo hace todavía más fácil.

La prohibición, por tanto, no tiene sentido. Los cimientos del análisis crítico y autónomo han de emerger del propio usuario. En una investigación en 2007 mediante encuesta a 127 familias aragonesas concluimos que sólo la mitad de los padres veían entonces la televisión junto con sus hijos, por lo que no se establecía diálogo respecto a lo visto .Conversar sobre el mensaje es una práctica muy beneficiosa para incrementar la capacidad crítica y autónoma de los niños ante el medio.

Con la televisión era más fácil, lo habitual era que en casa sólo hubiera una pantalla. Ahora que estamos envueltos en la vorágine del entorno multipantalla, podemos pensar que se perdió una gran oportunidad para cultivar una recepción crítica de lo que nos cuentan los medios y las plataformas de Internet, ya que de eso depende en gran medida el valor de nuestra respuesta.

A pesar del entorno móvil y ubicuo, un lugar tradicional como  el parque nos sigue pareciendo un buen referente para entender la relación entre padres e hijos. Primero llevan a sus hijos de la mano, después les indican los columpios que no tienen que pasar, luego los “controlan”con la mirada, finalmente los dejan “solos”. Educar para la autonomía es la base de educar en la ubicuidad.

Alejandro Silva, José Antonio Gabelas y Carmen Marta Lazo

Imagen flujo: by Hipozz

 

José Antonio Gabelas
José Antonio Gabelas-Barroso. Profesor titular de la Universidad de Zaragoza. Creador del Factor Relacional y las TRIC (Tecnologías de la Relación, Información y Comunicación).

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