“Plan contigo” es una campaña de sensiblización que se lanzó el mes pasado, pero que es muy oportuno destacarla estos días, en los que los lanzamientos publicitarios relacionados con la tecnologías de la relación (TR): dispositivos móviles, portátiles, cámaras digitales, consolas, etc, son cuantiosos. La Policía Nacional y la Guardia civil han abierto su propia ventanilla en Tuenti para cualquier usuario (fundamentalmente jóvenes), donde pueden consultar y preguntar que es lo que deben y no deben hacer en Internet. También se podrán informar sobre algunos temas concretos como acoso escolar, drogas, alcohol, violencia de género o bandas juveniles. Desde una dirección de correo electrónico plancontigo@mir.es, los usuarios acceden a los agentes policiales para recibir ayuda sobre estos temas. Es una iniciativa que pretende prevenir sobre posibles delitos, ofrece información sobre los problemas y riesgos, y promueve conductas positivas facilitando a los padres y profesores medidas de detección.
Bien por este tipo de acciones que aprovechan las nuevas tecnologías y las redes sociales para estar más cerca de los jóvenes. Bien, que instituciones públicas se alejen de aquellas campañas tremendistas como “Hay trenes que es mejor no coger” 2006, promovida por Tráfico, con una estrategia comunicativa equivocada, que no llegó a los jóvenes, tal y como nos lo confirmó diferentes debates realizados con ellos.
“Plan contigo” enlaza en su enfoque y estrategia en otro proyecto que puso en marcha Drojnet, que ha pretendido acotar y definir las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías de la comunicación en un enfoque de educación para la salud y la prevención de las drogodependencias. Se creó una página web y un sistema de información a través de SMS. como señala su informe y sus conclusiones, “para transmitir una información verz, relevante y no alarmista, que los adolescentes puedan incorporar a su sistema de pensamiento por su cercanía e interés.” Como decíamos, no se trata de poner en marcha campañas alarmistas, ni de gastar los recursos públicos en iniciativas proteccionistas, sino de realizar proyectos conjuntos, en los que las instituciones públicas, educativas, familias, medios de comunicación y los propios adolescentes y jóvenes, promuevan la salud y el consumo responsable y autónomo.
